"Chimoltrufismo", por Jenny Llanos
"Chimoltrufismo", por Jenny Llanos
Redacción EC

El pensamiento chimoltrufio se resume en dos frases: “Pos pa qué te digo que no, si sí” y “Como digo una cosa, digo la otra”. Cuando usa la primera, el personaje que encarna Florinda Meza pretende concederle la razón a su interlocutor, mientras que a la segunda recurre más bien para justificar sus habituales incoherencias y desbarradas.

Curiosamente, las reacciones de la opinión pública peruana cada vez se ven mejor reflejadas en ambas muletillas de María Expropiación Petronila Lascuráin y Torquemada de Botija.

Por ejemplo, el viernes pasado, a propósito del Día Internacional de la Mujer, estuvimos en faceta “Pos pa qué te digo que no, si sí”: cada vez –y fueron muchas– que algún conductor de tele lanzaba vivas a las mujeres aguerridas que luchan por sus derechos, inmediatamente por redes y plazas se hacía sentir el corito de “Pospa qué...”. Lo mismo, si un lidercillo de opinión pedía un aplauso para todas y cada de las féminas en general, órale, todos a una sola voz “Pospaquéeeeee…”.

Hoy, solo una semana después, estamos en plan “Como digo una cosa, digo la otra”: ya, está bien reclamar igualdad y fajarse contra los que aún creen que la mujer merece un trato inferior al hombre, todo perfecto pero sin meterse donde no te llaman, pe, amiga Nadine. O, en otra versión también muy reciente: qué terrible que las mujeres de la sierra sigan siendo discriminadas pero no te metas con la paisana Jacinta, que no le hace mal a nadie, pues, compare, no seas extremista tampoco.

Así, pasamos la mayor parte del tiempo oscilando entre lo ‘correcto’–ensalzar a las mujeres, porque es lo que manda la época– y lo que de verdad te nace del forro, aun si eres mujer: poner en su lugar a las revoltosas. Que se queden donde les mandan. Que avancen hasta donde les permitan. Ni un paso más, oye, atrevida. 

Y ya verás que en cosa de dos meses, justo en vísperas del segundo domingo de mayo, a propósito de las sacrosantas virtudes de las madres, volveremos a estar en ‘full mode’ “Pospaqué…”. Pero eso solo durará lo que a alguna díscola le tome reclamar la legalización del aborto. Porque mamá podrá saberlo todo pero –“Comotedigounacosa…”– a la hora de decidir si quiere ser mamá, ¡a callar, méndiga!, que hay quienes tienen más autoridad que tú sobre el tema. El Señor, por supuesto. Y los señores, cómo no.

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