Galo Giraldez, organizador de la carrera de piques legales donde murió el padre del futbolista Juan Diego Gonzales-Vigil, sostuvo que la pista del autódromo La Chutana tenía la “iluminación suficiente” y que de haber sucedido lo contrario, los pilotos se hubieran quejado y decidido no participar.
Sin embargo, ya son dos los pilotos que han contradicho las medidas de seguridad que defiende Giraldez, presidente del Club de Autos Deportivos (Cadepor).
Juan Carlos Mostacero, del equipo Royal Racing, comentó que el evento “experimental” por la hora de la competición se desenvolvía de la mejor manera “hasta alcanzar las horas de noche, que eran entre 6:30 y 7, que ya es cuando realmente vimos que la pista no era propicia para autos de demasiada potencia como el de Aurelio”.
Según precisó, la iluminación “no era suficiente para los últimos tramos de la pista donde el auto pasa a mayor velocidad”.
Justamente, aunque -según dijo a RPP- el auto de Aurelio Gonzales-Vigil contaba con todas las medidas de seguridad, la iluminación era “muy pobre”. “Hemos tratado de acondicionar los autos, en su mayoría con faros, con luces. Aun así, la pista de La Chutana es un poco angosta”, agregó.
Más temprano, Víctor Benvenutto, piloto que antecedió a Gonzales-Vigil, el circuito diseñado para esta prueba de piques no estaba acorde con los estándares internacionales, pues tenía un ancho menor al requerido por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).
“Si la iluminación hubiera sido inadecuada, los pilotos hubieran venido en grupo a decir no corremos. Pero incluso, después del accidente, muchos pilotos vinieron a solicitar que siguiera la carrera, porque era una fiesta y todo venía bien. Y nosotros dijimos que no de ninguna manera y suspendimos la carrera. Ahora salen los que dicen yo no hubiera corrido. Gente hay así, pues”, fue la respuesta de Giraldez.