Casi nueve meses después de su inauguración, la Municipalidad de San Isidro modificó y mejoró la ciclosenda que bordea el parque Bicentenario –antes conocido como parque Ecológico– y conecta el malecón del distrito con el de Miraflores.
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El carril de casi 600 metros que era compartido por ciclistas y peatones se ha convertido en una vía bidireccional para bicicletas. Junto al acantilado se ha creado un espacio exclusivo para peatones.
“Hemos implementado una senda peatonal de unos 2 metros de ancho. A diferencia de otras vías, tiene un piso especial parecido al tartán para que las personas no solo caminen, sino puedan correr, trotar y caminar más cómodamente”, dijo el subgerente de Tránsito y Movilidad Urbana de San Isidro, Pedro Calderón.
El Comercio comprobó el domingo al mediodía que con este nuevo diseño la ciclosenda es mucho más ordenada y cómoda para todos los usuarios: familias que salen a dar un paseo, patinadores, corredores y –por supuesto– ciclistas.
También se ha mejorado la señalización y se han colocado tachas reflectivas a lo largo del carril para bicicletas. En los ingresos a la ciclosenda se han instalado bolardos y hay presencia de inspectores durante el día.
Según el municipio distrital, “un día fin de semana, sábado o domingo, en una hora de mucha demanda por la ciclosenda pueden circular unos 600 ciclistas”. Con los cambios efectuados, indicó Calderón, se harán nuevas mediciones.
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–Mejoras y correcciones–
En agosto del 2020, días después de la inauguración de la ciclosenda, El Comercio detectó que la ruta presentaba severas fallas de diseño que podían ocasionar accidentes, tal como sucedió en las semanas siguientes. El municipio de San Isidro ha corregido la mayoría de ellas.
Por ejemplo, antes había una curva que era un riesgoso punto ciego, debido al tamaño de los bambús colocados para delimitar la ruta. Ahora las maderas han sido recortadas, lo que mejora mucha la visibilidad de los usuarios.
“Considero que se han hecho las mejoras necesarias en los puntos más críticos. Las barreras que generaban puntos ciegos han sido reducidas en altura, lo cual permite una mayor visibilidad y seguridad al dar las curvas. El progreso es evidente”, indicó Luis Eduardo Huayaney, ciclista y fundador del grupo Quimera Cycling Club.
Por otro lado, meses atrás fue retirada una banca de piedra que obstaculizaba el paso de los ciclistas. En su lugar se ha instalado, a una distancia prudente, un banco de madera que no entorpece la vía.
No obstante, todavía hay aspectos por mejorar. “En varios segmentos del recorrido, el ancho del carril para bicicletas está por debajo del ancho recomendado. Hay que tener en cuenta que esta vía es de acceso para personas de todas las edades, muchas de ellas principiantes [en el uso de bicicleta]. Por ello, la consistencia en el ancho de la ruta debería ser prioritaria”, agregó Huayaney.
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