Este mediodía, cientos acudieron a la Alameda de los Descalzos, en el Rímac, para disfrutar de la porciúncula preparada por el convento como parte de la fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles.
Primero se llevó a cabo una misa en la cual se bendijo la porciúncula, sopa o puchero preparada en gigantescas ollas para que los más necesitados puedan saciar su hambre y puedan recibir el beneficio por el Día de la Indulgencia Plenaria.