El pasado 14 de julio, se difundió a través de las redes sociales que la institución San Ramón de Cajamarca realizó una marcha en la que los estudiantes se vieron obligados a pasar sobre gasolina encendida. Esta situación indignó a los usuarios de la plataforma X (anteriormente Twitter).
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Esta institución, una de las más antiguas del Perú con 192 años de historia, realiza una ceremonia llamada “Arco del Triunfo” en honor a la Batalla de San Pablo (Perú vs. Chile). Este acto conmemora los 142 años de dicho suceso, a unas cuadras de la Plaza de Armas, y se celebra previo a las Fiestas Patrias del 28 de julio.
En un video difundido, se observó a dos asistentes vertiendo un líquido inflamable, lo que encendió el piso por donde pasaban los escolares con los rostros pintados. Incluso, en un momento de la marcha, uno de los zapatos de un estudiante estuvo a punto de prenderse, aunque no llegó a causarle daño.
Una docente que seguía de cerca a los jóvenes indicó al resto de las personas que retrocedieran para dar más espacio a los que marchaban y evitar así algún incidente mayor. Al evento asistieron las principales autoridades de la zona, profesorado y padres de familia, quienes grabaron todo el desfile. Tras el paso del batallón, las llamas se apagaron y el desfile continuó con el paso de la banda.
Hasta el momento, ninguna autoridad de la Municipalidad Provincial de Cajamarca se ha manifestado respecto a las críticas surgidas por el riesgo al que fueron expuestos los estudiantes. Por su parte, el Minedu se pronunció al respecto, afirmando que rechaza este tipo de prácticas que “representan un riesgo para la vida e integridad física de los estudiantes” y reitera que “la seguridad de nuestros niños y adolescentes debe primar en todo momento”.
“El Minedu se encuentra coordinando con las autoridades de la región de Cajamarca con la finalidad de velar por el estricto cumplimiento de las normas y los protocolos establecidos. Exhortamos a las autoridades regionales a cumplir con las medidas necesarias para evitar que se repitan estas situaciones”, añadió.
Recomendaciones
El exministro de Educación y fundador de Pirka Consultoría, Daniel Alfaro, sostuvo que es necesario investigar el motivo y el responsable de prender la gasolina durante el desfile. “Este tipo de eventos siempre tienen un protocolo previsto en ensayos previos. El Comité de Convivencia Escolar de la institución educativa debe determinar quiénes son los responsables. Si no se planeó dentro de la institución, la municipalidad debería investigar para saber quién lo provocó”, dijo.
Sugirió que no debe realizarse una actividad que ponga en riesgo a los menores. “Hay que ser conscientes de cómo celebramos o recordamos acciones importantes e hitos de nuestra historia. No debemos hacerlo con violencia ni peligros, sino con el compromiso y la perseverancia de aquellos que lucharon”, mencionó.
Alfaro añadió que cada institución debe hacer un plan anual de sus actividades para tener registrado el presupuesto necesario. De esa manera, el Ministerio de Educación puede supervisar y fiscalizar. “El Minedu debe tomar acciones. Por ejemplo, la Ugel puede armar un comité disciplinario. Debería haber una reevaluación de las tradiciones y ceremonias escolares para asegurarse de que no representen un peligro para los estudiantes. Hay que cuidar y velar para que todo esté bien organizado desde los ensayos”, dijo.
Consecuencias legales
La abogada penalista del Estudio Linares, Sophia Icaza, informó a este diario que el hecho podría configurar el delito de Exposición a Peligro de Persona Dependiente, previsto y sancionado en el artículo 128 del Código Penal. “El que expone a peligro la vida o la salud de una persona, sea privándola de alimentos o cuidados indispensables, abusando de medios de corrección o disciplina, o mediante cualquier acto análogo, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años”, enfatizó.
Mencionó que, en caso de que alguna persona hubiera resultado quemada o lesionada, se habría cometido el delito contra la vida, el cuerpo y la salud, conforme al artículo 121 del Código Penal. “Las autoridades locales y municipales tienen un papel fundamental en la supervisión y regulación de eventos escolares que involucran riesgos físicos para los estudiantes, actuando como garantes de la vida e integridad de sus alumnos. Estos hechos deben ser sancionados ejemplarmente para evitar su repetición, ya que pudieron haber resultado en una desgracia colectiva, evidenciando un escaso criterio y poco sentido común”, dijo.
Icaza sostuvo que lo que corresponde es interponer una denuncia penal e iniciar las acciones legales a nivel administrativo contra la institución educativa y terceros involucrados en dicho accionar. “Resulta evidente el accionar doloso en este proceder, el cual escapa de la lógica y el sentido común básico. Es importante desterrar este tipo de conductas cuando se trata de la protección de la vida e integridad de los menores. Es increíble hasta dónde puede llegar la temeridad y la falta de criterio de las personas responsables”, añadió.
Batalla de San Pablo
La batalla de San Pablo en Cajamarca fue una de las acciones militares en el marco de la Guerra del Pacífico, ocurrida el jueves 13 de julio de 1882. Esta se desarrolló entre las fuerzas chilenas y peruanas. Fue una de las acciones militares correspondientes a la Campaña de la Breña.
El conflicto enfrentó a las tropas chilenas lideradas por el coronel Alejandro Gorostiaga y a las fuerzas peruanas comandadas por los coroneles Alejandro Gamarra y José Iglesias. Las tropas chilenas, avanzando desde la costa, buscaban sofocar la resistencia peruana en el interior del país. Las fuerzas peruanas, aunque en menor número, se posicionaron estratégicamente en San Pablo con la esperanza de detener el avance enemigo y recuperar el control de la región.
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La batalla se caracterizó por intensos combates, incluyendo enfrentamientos cuerpo a cuerpo y tácticas de guerrilla por parte de los peruanos. A pesar de su valentía, las fuerzas peruanas fueron superadas por el armamento y entrenamiento de los chilenos, resultando en una victoria chilena.
La derrota en San Pablo permitió a las fuerzas chilenas consolidar su dominio en el norte de Perú y avanzar hacia otras áreas. A pesar de todo, la batalla destacó la resistencia y el sacrificio de los soldados peruanos en su lucha por la patria.