Comicteca: los cómics y una apuesta por promover la lectura
Comicteca: los cómics y una apuesta por promover la lectura

Un imponente galeón surca el océano. Más de 200 hombres a bordo se prestan a combatir. Es el 21 de octubre de 1805 y Horacio Nelson, vicealmirante de la armada británica, alienta a sus marinos para el decisivo enfrentamiento de Trafalgar, adonde llegaron las tropas de Napoleón, obsesionado con recuperar su dominio en el mar de Cádiz (España).

A sus 13 años, Juan no es ajeno a esta clase de relatos bélicos, pues disfruta de las películas y del curso de Historia que recibe en el colegio. Sin embargo, como aclara Gisela Gálvez, su mamá, cuando lee “Batallas decisivas”, uno de sus favoritos en la comicteca Galilea Ramírez, se pierde por horas en un viaje al pasado  y regresa cargado de información. Siempre deseoso de saber más.

“Venimos desde Ate y, aunque es un poco lejos, veo que aprende y disfruta tanto que lo apoyo para regresar. ¡Hoy trajo a un compañerito!”, afirma satisfecha, mientras Sebastián (12), el amigo, sonríe unos segundos y continúa con su lectura de “Los vengadores”. 

De acuerdo con José Luis Guardia, narrador oral y administrador de la comicteca Galilea Ramírez, la primera de su género en Lima, en lo que va del verano han visto a unos 700 chicos como Juan devorar historias fantásticas de ficción o de la vida real, plasmadas con habilidad en un cómic o novela gráfica.

“Nuestra colección empezó con 2.000 ejemplares, donados por Galilea Ramírez, de 10 años. Hoy tenemos 6.000, y en unas semanas recibiremos un lote adicional de 1.000 títulos”, explica Guardia.

La comicteca Galilea Ramírez fue inaugurada en febrero pasado, en una esquina de la Sala Escolar de la Biblioteca Nacional, ubicada en la Av. Abancay (Cercado). Hoy, pese al inicio de las clases en los colegios particulares de la ciudad, continúa recibiendo bastante público de todas las edades.

“La mayoría viene en las tardes, después del colegio, porque buscan un ambiente cómodo para hacer las tareas. Los más pequeños nos visitan en las mañanas, usualmente con sus mamás, que trabajan en el Centro Histórico”, agrega el administrador.

Vigilancia y accesibilidad
Galilea Ramírez heredó de su papá la afición por los cómics, el empresario gráfico Yohny Ramírez Núñez. A los 8 años, cuenta Guardia, amigo de la familia, la niña los interrumpió durante una charla sobre comictecas en Guayaquil, Santiago, Bogotá y México DF para ofrecer su colección, con tal de que se abriera una en el país.
“Otros niños pueden divertirse leyendo”, les dijo Galilea. 

En la comicteca que lleva su nombre, Andrea, de 9 años, es la prueba más reciente de que no se equivocó. “Me gustan mucho los dibujos. Aprendo fácil y luego puedo contarles a mis papás cómo eran los personajes que me gustaron”, afirma la pequeña, entusiasmada con las secuencias de “Ai Apaec, el dios decapitador”, sobre la cultura mochica.

Su hermana Alexandra, de 12, quien por ahora lee sobre “Star Wars”, la secunda: “Muchos de nuestros amigos quieren venir, pero como estamos algo lejos tenemos que organizarnos”.

Gran parte del atractivo de la comicteca radica en su variedad de títulos, desde clásicos como el Mío Cid y El Quijote de la Mancha, hasta las aventuras de los superhéroes más osados. Estos últimos disponibles solo para adolescentes y adultos. 

Otro aliciente, observa Silvia García, madre de dos afanosos lectores cañetanos de 13 y 7 años, es su gratuidad: bastan una foto y el DNI para tramitar el carné.

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