Redacción EC

Ficha personal: 

Nací en El Agustino hace 37 años. Soy nieta de uno de los fundadores del asentamiento humano San Cosme, donde he vivido desde pequeña. Estudié secundaria en el colegio Isabel La Católica, al frente del estadio de Matute. En 1998 Jorge Acosta crea El Averno y yo, con 20 años, fui parte de la fundación del local en el Jr. Quilca. He realizado diplomados en gestión cultural y arte. Actualmente soy presidenta de la Asociación Cultural El Averno y administradora de la comunidad educativa Árbol de los Sueños, proyecto que brinda educación en zonas de pobreza. Los invito a visitarnos en Facebook: “Biblioteca Comunal Quilca Lima”.

Durante casi 15 años, El Averno realizó actividades en el jirón Quilca. Hoy siguen ligados a diversos proyectos como la creación de bibliotecas comunales en el asentamiento humano San Cosme, del que Leyla se siente identificada al ser nieta de uno de los fundadores.

— ¿Cuándo se comenzó con este centro en San Cosme?
En el 2012. Cuando cerramos una etapa en Quilca, ya teníamos un proyecto para realizar una intervención aquí. Al día siguiente que cerramos el centro cultural, 25 de octubre, alquilamos un espacio de dos ambientes para crear una biblioteca mediante un convenio con el Ministerio de Cultura.

— ¿Cuántas personas integran El Averno?
Somos trece socios. Los que intervenimos estamos dedicados a hacer los talleres, otros nos encargamos de coordinar con comunidades educativas y trabajamos en proyectos con maestros o voluntarios.
 
— ¿Por qué eligieron San Cosme como base para sus actividades?
Porque este es el primer asentamiento humano del Perú que nació con una propuesta de crear espacios comunitarios y educativos, pero que en los últimos 30 años se han ido perdiendo. Nuestra intervención abarca renovación urbana, recuperación de espacios y revalorización de la zona. Nos están trayendo un parque [Parque del Migrante], en este asentamiento humano se abandonó la organización, la parte baja (San Pablo, Ayacucho) tiene casas y fachadas en mal estado. Las queremos recuperar.

— ¿Por qué confiar en su labor?
Porque nosotros estamos trayendo servicios de educación y cultura con los niños y jóvenes, mientras que a las madres de familia les podemos generar trabajo. Por ejemplo, tenemos cerca al emporio de Gamarra y aquí no hay una escuela técnica de producción en arte y diseño. ¿Por qué no hacer una escuela que produzca para la industria comercial de Gamarra?
 
— ¿Cuáles son las principales necesidades de San Cosme?
Por ejemplo, en salud, trabajar en la prevención de enfermedades, en seguridad, prevención de desastres, capacitación de niños y jóvenes para que no estén en malas juntas, que no vean que la calle es su casa sino que tengan un ambiente donde estar. El ambiente que tenemos es chiquito pero es acogedor, necesitamos un espacio más grande para desarrollar todas las artes.
 
— ¿Cuál es el objetivo?
La creación de una escuela de arte y educación en la zona, con una metodología de enseñanza distinta, para ser un complemento educativo de ayuda para niños y jóvenes. Muchos dicen “este cerro está lleno de casas construidas”; es cierto, pero existen varias necesidades. Es una zona bien marginal, con altos índices de enfermedades respiratorias, problemas de desnutrición, hay casos de violencia familiar, pero aun así la gente es pujante, trabajadora y emprendedora. La gente sí quiere progresar, pero si no les das las herramientas, ¿cómo?
 
— ¿Cómo llevan su mensaje a todo San Cosme?
Nos vemos en la necesidad de abrir otro espacio igual en la parte baja, junto con profesionales de la zona, para que el proyecto se extienda. Si tuviéramos los recursos lo habríamos hecho inmediatamente.

— ¿Con la llegada del Parque del Migrante qué oportunidades se dan?
Nosotros queremos participar en la renovación urbana, que la alcaldesa de Lima nos escuche, porque la propuesta que estamos dando aterriza en algo real. Yo soy de la zona, nieta de un fundador de San Cosme y conozco sus problemas.

— ¿En cuánto tiempo esta zona podría tener un nuevo rostro?
Es un proceso largo, no inmediato. Lo primero tiene que ver con el Parque del Migrante, esa es la primera etapa de recuperación de la zona. En cuanto a todo el barrio, ver a la gente trabajando, que cada casa sea un taller productivo, que cada barrio esté limpio, con una menor tasa de desnutrición, que los niños tengan acceso a una educación básica; creo que ese es un proceso largo. Construimos sueños, transformamos vidas. Ese es nuestro lema.
 
— ¿Qué los motiva?
Como artistas y gestores culturales nos motiva beneficiar a la comunidad, como lo hemos hecho con El Averno durante 15 años, por medio del arte, la cultura y la educación, sentimos que estamos aportando.

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