Se bautizó así porque el lema oficial del Gobierno, antes de la cuarentena, era “El Perú está en nuestras manos” (hoy es “Primero mi salud”). A ello se le se sumó la acepción del celular entre los dedos. Buena figura. Apenas supimos de ella, varios nos la bajamos para subirnos la moral. Una app para medir nuestros pasos en los peores momentos de la patria pintaba muy bien. Lástima que la noticia fue una falsa campanada. La app aún no funciona como debe.
Marushka Chocobar, jefa de la Secretaría de Gobierno Digital (SGD), dependencia de la PCM que está a cargo del desarrollo de la app, tiene una visión más optimista. Me asegura que la espera es en realidad el tiempo de maduración que, en circunstancia normales, tomaría más meses; y que Perú en tus Manos nos va a acompañar en la nueva normalidad, cuando es más necesaria. Marushka agrega que la app sí está funcionando, pero en su fase 2, y que recién en las fases 3 y 4 (está última de seguimiento), aún sin lanzar, cobrará todo su sentido.
El presupuesto no ha sido la razón de la demora, sino el propio ritmo que sus impulsores plantearon en el proyecto que se presentó al BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y que obtuvo un financiamiento de US$220.000. ¿Y ahora que ya está todo listo, según dice Marushka, por qué no se lanza la fase 3? Resulta que el Instituto Nacional de Salud (INS), que proporciona la data y ubicación de los contagiados, tiene algunos peros. Ya lo veremos.
El virus se fue a nadar
La idea surgió temprano en conversaciones entre funcionarios peruanos y miembros de la misión de Corea del Sur que se instaló en nuestro país honrando un convenio de colaboración. El grupo coreano instalado en el Perú viajó de vacaciones a Corea en febrero último y ya no pudo regresar debido al cierre de fronteras. Pero se comprometió, desde Seúl, a ayudar a desarrollar un equivalente de Autocuarentena, la app que allá se hizo célebre por dar alertas para que la gente evitara, si le era posible, zonas de alta infección.
En Corea ya se había resuelto el dilema entre la privacidad y la prevención de la pandemia con aplicaciones georreferenciadas. Se llegó a una solución salomónica: la app marca con círculos las zonas donde hay infectados con la suficiente precisión como para saber por dónde campea la infección, pero no tanta como para saber quién es el infectado y en qué casa habita.
Los últimos días de marzo se lanzó, casi sin publicidad, la fase 1 de prueba. La app ya estaba abierta al registro de la gente cuando Vizcarra la anunció en su conferencia del mediodía del 3 de abril. Decenas y hasta centenas de miles –hoy superan 3 millones– empezaron a registrarse.
Uno abría Perú en tus Manos en abril y veía círculos rojos que asumía que marcaban la proximidad a contagiados. Pero eran, en realidad, casos de sospechosos que tenían dos o más síntomas y se reportaban voluntariamente a la app. No eran, como se hubiera esperado, los casos confirmados por el Minsa. Según la SGD, en esa fase 1 de prueba, la idea era familiarizar al público con la aplicación y generar la confianza del usuario en hacerse el triaje digital, respondiendo preguntas y consignando síntomas en la propia app.
Recién unas semanas después, sin publicidad ni explicaciones, se lanzó la fase 2, que ya utiliza los casos reportados por el Minsa. Las manchas rojas son casos confirmados y las naranjas son los sospechosos autorreportados. Le pregunté a Marushka por qué en mi vecindario veía un persistente círculo por varias semanas, cuando se presume que tras 14 días concluye un caso promedio. Me respondió que era muy probable que miembros de la misma familia u otros en el perímetro del círculo se infecten en fechas sucesivas.
Lo que no tiene justificación es haber visto, una de las tantas veces que la página no cargaba, un círculo en medio del mar. La SGD admite, por supuesto, que eso es un error técnico, de aquellos de los que están empedradas las aplicaciones con buenas intenciones.
Alertas
La tercera fase es la que da advertencias. Al abrir la opción de alertas en la app (hoy no encontrarán ninguna), a uno podría aparecerle uno o más de estos mensajes: “Atento (a): puede que hayas tenido contacto con una persona contagiada en los últimos días”.
Para no fomentar el pánico ni la caza de infectados, las alertas no se dan en vivo. No se van a recibir cuando uno está en el supermercado o en el banco, para que se ponga a indagar quién es el infectado. Se reciben en diferido, y tienen vigencia de tres días, con la idea de que uno evalúe los riesgos de su rutina y de sus rutas. Esto debe tomarse como un mapa para orientar los desplazamientos en la medida de lo posible. Para los contagiados, la app tiene otro valor: desde la fase 2 ya se incluye un reporte de salud, en el que los que consignaron síntomas reportan el estado de cada uno de estos y reciben preguntas y orientaciones.
¿Por qué el sector Salud no da el visto bueno si la SGD dice que ya tiene todo listo? El ministro Víctor Zamora ha declarado varias veces que Perú en tus Manos servirá al ‘contact tracing’ (rastreo de contactos). Este rastreo fue visible en la época de los primeros casos de marzo, a los que se les hizo un seguimiento exhaustivo y se testeó a sus contactos.
Con el paso de las semanas, la masividad de contagios y de pruebas dejó en segundo término al ‘contact tracing’ y lo redujo a muy pocos casos. Antes de cerrar la crónica, pude hablar con una fuente oficial del Minsa que me confirmó, vagamente, que todo estaba listo para enviar la gran data a la SGD para que la use en la app; pero han optado por hacer ajustes y redefiniciones para enfrentar, entre otras previsiones, la demanda de ‘contact tracing’ y de atención que generará la fase 3 entre los usuarios. Será el Minsa quien decida cómo y cuándo se lanza.
La fase 3 tiene que estar acompañada de una campaña informativa que no deje dudas sobre los alcances de Perú en tus Manos. Ojalá no pase de julio, un buen mes para lanzar una aplicación que lleva el nombre del Perú. Que no se nos vaya de las manos.