Marzo fue el mes del recrudecimiento de la segunda ola por COVID-19 en el país. Si bien en las primeras dos semanas se presentó una esperanzadora desaceleración (e incluso un leve retroceso) de los principales indicadores, desde la quincena se observa un peligroso repunte de los contagios y la mortalidad asociada con el coronavirus, con una tendencia que continúa en ascenso.
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