Tez trigueña, delgado, aproximadamente 40 años y no más de 1.70 cm. Esa es la descripción que tiene la policía sobre el sujeto que acompañó al decano interino de la facultad de Pesquería de la Universidad Nacional Agraria La Molina, Leoncio Ruiz Ríos, la tarde del sábado 15 de febrero, el día de su desaparición.
Sobre este misterioso sujeto han recaído todas las sospechas sobre el asesinato. No solo fue la última persona que lo vio con vida sino que lo habría citado para encontrarse, en el distrito de La Victoria. Luego ambos llegaron, en la camioneta de la víctima, hasta la avenida 12 de Octubre, cerca del cerro San Cosme.
CON ENGAÑOS
Según testigos ambos caminaron por la zona hasta perderse en una esquina. “Aparentemente se conocían bien”, dijo un agente de criminalista. Los cuidadores de autos indicaron que no notaron ninguna discusión entre el decano y su acompañante.
Crimen del decano: las hipótesis que maneja la policía
Este último detalle sería clave en la investigación. Ello desterraría la hipótesis de que fue llevado con violencia o secuestrado por el misterioso sujeto. La policía sostiene que el decano fue llevado con engaños a “una supuesta reunión” (en un principio se dijo que era una yunza). Ello luego fue desmentido por la familia, quien aseguró que Leoncio Ruiz no acostumbraba ir a estas reuniones.
LLAMADAS CLAVES
La policía investiga las últimas llamadas realizadas y recibidas por el decano. Uno de estos números sería el del sujeto clave. En una de estas conversaciones habrían coordinado la reunión del sábado 15 de febrero.
Personas cercanas a la familia, indicaron que la vida social del decano era muy reservada. “Era un tipo soltero, sin hijos y muy tranquilo”, agregó la fuente. Sin embargo, no quiso precisar si actualmente tenía una relación sentimental.
NO ACTUÓ SOLO
El acompañante del decano no habría actuado solo. Por la forma y el lugar en donde fue hallado el cadáver, la policía sospecha que al menos una persona más colaboró con el asesino.
Este fue estrangulado con su propio pasador y luego metido en un costal. El cuerpo fue abandonado cerca a una acequia en Huachipa. “Para meter el cadáver y movilizarlo hasta el lugar donde fue finalmente encontrado, participaron al menos dos personas”, dijo un detective de criminalística.