Cada día el doctor Luis Chucas Asencio, jefe de cuidado crítico de emergencia del Hospital Edgardo Rebagliati, se alista con su equipo de protección personal (EPP) e ingresa a la Unidad de Emergencia COVID-19 de este nosocomio. Aquí están internados alrededor de 150 pacientes críticos que se enfrentan al nuevo coronavirus. No tiene turnos: desde que el incremento de casos colmó las salas de los hospitales, trabaja los siete días de la semana.
Nadie es inmune a infectarse con el SARS-CoV-2, pero el riesgo es mayor en todas las unidades especializadas donde los pacientes convalecen producto de este virus.
Desde que esta área empezó a funcionar, se realizó un promedio de 632 atenciones y El Comercio es el primer medio de comunicación que recorre estos módulos para conocer de cerca el agitado trabajo de los médicos y enfermeras que le hacen frente a la pandemia que afecta al mundo.
- Enfermeras afirman que elaboran su propio equipo de protección frente al COVID-19
- https://elcomercio.pe/tecnologia/ciencias/coronavirus-covid-19-salud-consultas-medicas-una-nueva-forma-de-atencion-tras-la-cuarentena-noticia/
“El proceso de atención empieza con un triaje diferenciado donde se hace la valoración del paciente y se le otorga un grado de urgencia. Prioridad 1 es el paciente que está con compromiso vital, afrontando un paro respiratorio, y prioridad 2 es cuando corre el riesgo de que su función respiratoria pueda fallar en cualquier momento, de ahí pasa al área que se denominan los boxes”, explica el médico mientras ingresamos -con todo el equipo de seguridad necesario- a estas cabinas en medio de la imperturbable labor de las enfermeras que monitorean minuto a minuto la evolución de cada caso.
-Contra el tiempo-
Cuando las noticias de la pandemia cruzaban las fronteras europeas y los contagios azotaban los hospitales en ese continente, el Rebagliati destinó un pabellón del antiguo complejo hospitalario para instalar los primeros 12 boxes para pacientes críticos.
Ya para finales de marzo, cuando los casos positivos rebasaban todas las salas de emergencia primaria, las autoridades sanitarias vieron la necesidad de centralizar a los pacientes con coronavirus en los hospitales de mayor capacidad. Uno de ellos fue el Rebagliati, que empezó con la atención a personas afectadas por el COVID-19.
Con la fase de contagio comunitario en nuestro país y la multiplicación de casos, se sumaron 80 módulos más a una de las alas modernas del hospital. Si el virus avanzaba a velocidad olímpica, la respuesta tenía que ser de la misma forma. En tan solo 20 días las nuevas cabinas de área crítica estaban completamente instaladas y atendiendo a los pacientes más graves.
Para la doctora Giuliana Matos, jefa del departamento de emergencia COVID-19, todo se basa en un principio epidemiológico: mientras más aislado esté el paciente, mejor se va a manejar a todos, “un paciente con el COVID-19 es altamente contagiante, creímos conveniente que cada uno debía estar completamente aislado”, señala.
Precisamente, antes de su traslado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde permaneció 37 días, el sacerdote Luis Núñez del Prado fue atendido en esta área de emergencia para compensar su estado. Tanto UCI y Emergencia del Hospital COVID-19 del Rebagliati cuentan con el mismo sistema de asistencia individual.
-Seguridad para pacientes y médicos-
Estos boxes representan una instalación radical en bioseguridad. Cuentan con un sistema de recambio de aire de 12 veces por hora, adicionalmente tienen presión negativa que hace que disminuya la concentración del virus en el ambiente, lo que brinda seguridad al personal médico como al paciente.
“Tanto la presión de aire como la presión negativa hacen un binomio importante para disminuir el riesgo de que el personal de salud adquiera una infección por el COVID-19. Todo este sistema también permite que no haya una infección cruzada de un paciente con otro paciente”, menciona Chucas.
El resultado de este complejo equipamiento maniobrado por el comprometido personal sanitario se ve reflejado en el pulgar arriba que recibimos de uno de los pacientes para saludar al doctor cuando se acerca a su módulo. La pelea contra el virus no es sencilla, “tenemos un periodo de ventilación mecánica en promedio de 7 días, pero un paciente puede estar de 2 a 28 días, incluso hasta más”, señala.
Pero la vigilancia no es solo en cada box, fuera de ellos hay un panel de monitoreo de las funciones vitales de cada persona internada. Desde ahí se está vigilando permanentemente si el paciente sufre una caída de presión o una arritmia. En un momento así, todo el equipo se dispone a actuar de inmediato.
“Hay un conjunto de enfermeras y técnicos que se dedican al manejo, tratamiento y preparación de los ventiladores para que en el momento que se necesite estén dispuestos”, menciona la jefa del servicio de enfermería de esta unidad, Carmen Pereyra.
Al trabajo de las enfermeras se suma la labor de los ascensoristas, el personal de limpieza, de nutrición y farmacia que se enfrentan al virus con los mismos riesgos.
-Sin bajar la guardia-
La unidad de Emergencia COVID-19 se alista para implementar 20 boxes más, esta vez en la unidad de hospitalización: el coronavirus no da tregua y hay que estar preparados. Los expertos en epidemiologia coinciden en que no existe una clasificación oficial para determinar en qué etapa de la pandemia nos encontramos, sin embargo, los datos actuales les permiten alertar que estamos ingresando al estadio más elevado del brote epidémico.
“En este centro de emergencia trabajamos de manera multidisciplinaria, todos abocados en sacar adelante al paciente. Nuestro personal emergenciólogo es especializado en el manejo de ventilación mecánica y procedimientos invasivos”, refiere Giuliana Matos.
Todo un despliegue para enfrentar una pandemia que tiene más de un tratamiento experimental pero se ha encontrado con un personal sanitario que, aunque no es inquebrantable, no pierde la vocación de servicio.
¿Hay cura para el covid-19?
Aún no existen pruebas de que alguna vacuna o medicamento pueda prevenir o curar la enfermedad. Sin embargo, los afectados deben recibir atención de salud para aliviar los síntomas; y si el paciente está grave, deberá ser hospitalizado.
La OMS coordina esfuerzos para encontrar la cura contra este nuevo coronavirus que ha acabado con la vida de miles de personas.
¿Cuánto dura el período de incubación del covid-19?
Primero hay que entender que el período de incubación es el tiempo que transcurre entre la infección por el virus y la aparición de los síntomas de la enfermedad.
De acuerdo con estimaciones, el periodo de incubación del covid-19 oscila entre 1 y 14 días, y en general se sitúa en torno a los cinco días.
Por el momento se continúan analizando y actualizando estos datos para tener una información más precisa y detallada.