Contar que su padre la violaba constantemente en su propia casa le costó tanto como volver a tener una vida normal. Pese a ello, y al hecho de ser menor, ‘Rebeca’ lo denunció y logró que el Poder Judicial lo enjuiciara.
El Ministerio Público registró, en el 2013, 17.763 denuncias como estas en todo el país. Es decir, en promedio 49 casos cada día. De ellos, en Lima ocurrió la mayor parte: 3.796.
“Cuando ellas se atreven a denunciar, que es apenas el 5%, el problema pasa a ser el sistema judicial que no las protege”, afirma María Ysabel Cedano, directora de Demus.
El problema es aún más grave, refiere Cedano, debido a que el 75% de las denunciantes son menores de edad y el 34% fueron ultrajadas en su propio domicilio.
¿Cuáles son las principales trabas por las que pasan las víctimas de violación? Hanny Cueva, asesora en Género de ONU Mujeres, identifica tres: los prejuicios, la impunidad y el déficit de defensa legal para las agredidas. “Menos del 1% de denuncias es defendido por el Estado y las víctimas, en su mayoría, no tienen recursos para hacerlo”, precisa Cueva.
Según cifras del Ministerio de Justicia, solo 925 de los 17.763 casos fueron atendidos por abogados públicos el año pasado. El defensor del Pueblo, Eduardo Vega, coincide con las especialistas al considerar que las víctimas de violación están desprotegidas. Para cambiar el panorama, asegura, se debe empezar por implementar más cámaras Gesell, en las cuales las menores de edad pueden testificar. En la actualidad, la fiscalía solo cuenta con 30 de ellas para entrevistar a las víctimas de ultraje.
La representante de Demus recuerda otro impedimento para las víctimas: la lentitud del Poder Judicial.
Precisamente, el vocal de la Corte Suprema de Justicia, Víctor Prado, admitió que el año pasado la corte ratificó 322 condenas en contra de violadores que vienen siendo juzgados desde hace 20 años. “Son procesos largos, pero que se reducirán con el nuevo Código Procesal Penal”, sentenció.