El 24 de abril de 1985 el experimentado jurista Domingo García Rada, presidente del Jurado Nacional de Elecciones, fue víctima de los bárbaros que habitan en las antípodas de la democracia, los terroristas de Sendero Luminoso, quienes pretendían con este criminal atentado socavar la institucionalidad del sufragio, pensando que la brutalidad de las balas podía perforar el espíritu del derecho. Como la Democracia, García Rada sobrevivió a tan vil ataque.
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