Casi dos mil presos tienen licencia para portar armas
Casi dos mil presos tienen licencia para portar armas
Ana Briceño

Juan Alarcón Siguas tenía en su poder ocho granadas de guerra, 25 cartuchos de dinamita, cinco revólveres y tres pistolas cuando la policía lo capturó el pasado jueves 11, en San Juan de Lurigancho. Era el segundo en la organización criminal Los Malditos de Bayóvar, dedicada a extorsionar a propietarios de colegios y a traficar terrenos.

“Alarcón era el encargado de la parte logística, proveía de armas y granadas a los menores de edad que formaban parte de la organización y ejecutaban las extorsiones”, dice una fuente de inteligencia de la Dirección de Investigación Criminal.

Luego de las pesquisas, la policía ha establecido, de manera preliminar, que Alarcón compraba las armas y municiones a un militar que vive en Comas y cuya identidad se desconoce.

CORTO Y LARGO ALCANCE

Según los estudios de la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec), en 2013 la policía incautó 1.970 armas a la delincuencia en el ámbito nacional.

De ese total, 1.867 eran de uso civil y el 31% contaba con registro en la Sucamec, es decir, tenía procedencia legal. En el 2014, la cifra de incautaciones de armas se elevó a 3.744, de las cuales el 29% estaban registradas legalmente y el 33% tenían el número de serie borrado, como el arma incautada a Jhairol Torres, capturado por el atentado contra Gerald Oropeza cuando este conducía una camioneta Porsche.

“Generalmente, cuando un usuario posee un arma de manera legal y no denuncia su robo o pérdida, estaría desviando esa arma a la ilegalidad. El número de armas legales desviadas a la delincuencia aumenta si incluimos a las que tienen serie borrada”, precisa Derik La Torre, superintendente de la Sucamec.

A esta deducción se suma una cifra del Instituto Nacional Penitenciario: 1.992 internos tienen licencia para portar armas en el Perú.

“Se ha iniciado la revocación de las licencias de las personas que han delinquido”, asegura La Torre. Los requisitos para portar armas son laxos: certificados de antecedentes policiales, penales y judiciales, de salud mental, tener más de 18 años, cumplir una evaluación de tiro y presentar una justificación con los motivos para poseer una.

“Los certificados de antecedentes solo nos cuentan la historia de una persona durante un año. Lo que hacen los delincuentes es esperar un tiempo después de haber delinquido para tener sus antecedentes limpios y tramitar su licencia”, puntualiza La Torre.

Además de estas facilidades, otro problema es el uso de municiones. Un delincuente con licencia para portar armas puede comprar hasta 600 municiones mensuales: la ley se lo permite.

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