Jorge Sánchez Orellana, a sus 67 años y con seis hijos, no esperaba culminar sus estudios de educación primaria dentro de una prisión. “Cometí errores, pero gracias a la disciplina y paciencia de la profesora logré terminar”, señala.
A Jorge aún le quedan cinco años en el penal de Lurigancho pero espera terminar el nivel avanzado, que equivale a la secundaria dentro del sistema de educación penitenciaria del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), en ese tiempo. “Acá tenemos tiempo suficiente para estudiar”, dice.
Como Jorge, ayer otros 74 internos del Centro de Educación Básica Alternativa (CEBA) Manuel González Prada se graduaron de los niveles inicial, intermedio (primaria) y avanzado (secundaria).
Así como ellos, durante este año, un total de 14.960 alumnos de los 33 centros penitenciarios del país recibieron instrucción educativa gracias al trabajo del INPE y el Ministerio de Educación.
Sin embargo, no todos los alumnos que se inscriben a principio de año logran culminar sus estudios.
“Este año comencé con 23 estudiantes, pero 18 de ellos asistieron de forma permanente a clases. Los otros cinco abandonaron por trabajo o enfermedad”, explica la profesora del nivel intermedio, Gladis Enciso.
—Siguiente paso—
Gianmarco Zamora Fababa, de 21 años, obtuvo el primer puesto en Lurigancho del nivel secundario. Ingresó al penal por robo agravado hace tres años y aún le quedan otros cinco por cumplir dentro del centro penitenciario. Sin embargo, no se desanima y espera continuar con los estudios universitarios.
“Nunca imaginé terminar mis estudios básicos acá. Yo pensé que ya no había oportunidad para mí. El próximo año quiero postular a la universidad y seguir una carrera”, dice Zamora.
El vicepresidente del INPE, Javier Llaque Moya, explica que actualmente existe un convenio con una universidad privada en el penal Castro Castro, pero lo implementarán progresivamente en otros centros penitenciarios.
“Tenemos ya varios abogados y administradores graduados. Evaluaremos la posibilidad de implementar este proyecto también aquí, en el penal de Lurigancho”, aseguró Llaque Moya.