A plena luz del día, Caleb Peña (28 años) fue asaltado y brutalmente golpeado en el cruce de la Av. Trapiche con la Av. Chimpu Ocllo en Carabayllo. Cuatro motos se detuvieron delante de su camioneta, uno de ellos descendió de su vehículo y se acercó a la ventana del conductor. Poco a poco, los demás fueron descendiendo y se aproximaron a la camioneta, logrando finalmente abrir la puerta.
De manera errática, el grupo le reclamaba constantemente al conductor que había chocado sus vehículos. Posteriormente, lo agredieron físicamente y le quitaron su billetera. No obstante, en una rápida acción, la víctima arrancó el auto e hizo una maniobra para librarse de los sujetos. Condujo hasta llegar al mercado Qatuna, donde buscó apoyo por las lesiones que sufrió. Peña quedó gravemente herido y tuvo que ser intervenido de emergencia en el hospital Sergio Bernales en Comas.
El Comercio accedió a las cámaras de seguridad
Se trata de una nueva modalidad de asalto en la que varios sujetos fingen haber sido víctimas de un choque. Luego, acorralan a la víctima y aprovechan para robar todo lo que haya al interior del vehículo.
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“Eran como 9 personas en total. Una de ellas puso su motocicleta delante del carro y los demás interceptaron a mi hermano. El que estaba a su costado sacó un arma de fuego (...). Esa banda se dedica a esperar a conductores y, cuando el semáforo cambia a rojo, les reclaman con el cuento de que ‘casi los atropellan’, pero en realidad solo es una excusa para delinquir”, dijo Bernabe Peña, hermano de la víctima.
Añadió que, cuando empieza la discusión, los delincuentes golpean a su víctima y le quitan sus pertenencias. A Caleb Peña le robaron un total de 3.000 soles en cuestión de minutos bajo esta modalidad.
Análisis
César Ortiz Anderson, presidente y fundador de la Asociación Pro Seguridad Ciudadana (APROSEC), declaró a El Comercio que la delincuencia es activa y va cambiando constantemente de modus operandi. “Los ladrones reconocen que lamentablemente la seguridad pública no está dando buenos resultados; además de que perciben a la justicia como ineficiente. Por ello, actúan sin ningún filtro”, dijo. Añadió que los delincuentes se han empoderado debido a que observan una falta de control de las políticas públicas, lo que juega a su favor. “Siempre van a tratar de sacar provecho de la situación; en este caso, hacerse pasar por una víctima”, mencionó.
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El especialista considera que la situación de extrema inseguridad es consecuencia de una respuesta inadecuada por parte de las autoridades. “No se puede culpar a los ciudadanos de a pie. Ninguno de ellos puede enfrentarse a un delincuente que se encuentra armado, tienen que priorizar su integridad física”, agregó.
Ortiz Anderson señaló que el Estado debe tener mayor voluntad para enfrentar a la delincuencia. Propone que la Policía Nacional del Perú (PNP) tenga mayor injerencia en los procesos penales y en las investigaciones. Por otro lado, sostiene que se debe incrementar la cantidad de patrulleros; además de que es necesario fortalecer los canales de comunicación entre serenos y policías.
“Nos encontramos en medio de una cultura de seguridad preventiva bastante excesiva. No podemos manejar un auto, sacar plata de un cajero ni hablar por celular en la calle. Las cosas que antes eran comunes ahora no lo son. Quienes están presos en sus miedos son los ciudadanos, mientras que los delincuentes están en la calle tranquilos. Nos han bajado la calidad de vida”, dijo.
¿Cómo defenderse según la ley?
El coronel (r) PNP Franklin Barreto, exjefe de la División de Investigación de Accidentes de Tránsito de la Policía Nacional del Perú (PNP), explicó a este Diario que la delincuencia siempre se reinventa y esta nueva modalidad se está presentando con mayor frecuencia. Aclaró que, si realmente ocurre un choque, no puede tipificarse como accidente de tránsito, sino como un caso de fuerza mayor. Esto quiere decir que el atropello no se dio en medio de una circulación normal, sino por el intento de un robo.
El experto precisó que tanto el Código Civil como el Código Penal reconocen este hecho como un caso donde el conductor está exento de culpa. “Cuando se suscita un hecho donde una persona tiene que emprender una huida y en el proceso daña al asaltante, se le atribuye esta tipificación”, comentó.
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En este caso, el Código Civil exime de culpa al conductor a través del artículo 1315, el cual establece que “un caso de fuerza mayor es una causa no imputable, consistente en un evento extraordinario, imprevisible e irresistible, que impide la ejecución de la responsabilidad”. Esto es debido a que la persona actúa frente a un hecho que está poniendo en peligro su integridad. Por ello, se ve en la obligación de retirarse de la zona y en el proceso puede atropellar al delincuente.
Por otro lado, el artículo 20 del Código Penal establece en su inciso 4 que “el que, ante un peligro que amenace la vida, la integridad corporal, la libertad u otro bien jurídico, realiza un hecho destinado a conjurar dicho peligro, está exento de responsabilidad penal”.
De esta manera, si los delincuentes pretenden culpar al asaltado por alguna lesión producto del robo, la ley tiene los supuestos necesarios para defender al conductor. “Lamentablemente, la delincuencia se ejecuta en aquellos escenarios donde hay impunidad. Es por eso que nuestro país sufre de este tipo de modalidades”, añadió Barreto.
El excoronel PNP concluye que las autoridades no están actuando de manera óptima ya que no garantizan ni protegen los derechos de las verdaderas víctimas de estos casos. Considera que debe existir una cadena de justicia cuyos eslabones sean infranqueables y se mantengan en sintonía.