Franco Castelo (18) fue agredido salvajemente hace un mes tras retirarse de una fiesta con más de 300 personas en La Molina. Él, quien recibió una patada en la cabeza, y sus tres compañeros menores de edad fueron golpeados sin motivo por un grupo de jóvenes que asistieron a la misma reunión. Este caso reveló una nueva modalidad de eventos clandestinos masivos: las fiestas QR.
¿Qué caracteriza a las fiestas QR? Su dirección se mantiene en secreto hasta horas antes del evento. Los organizadores solo la revelan a través de WhatsApp a quienes muestren evidencia de haber abonado el costo de la entrada mediante billeteras digitales y recibido un código QR por correo.
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Diferentes cuentas en Instagram promocionan estos eventos realizados en casas lujosas donde se permite el ingreso de jóvenes y menores de edad, el público objetivo, y se consume bebidas alcohólicas. ‘Soirees group’ y RAIA group, los mismos detrás del evento al que Franco asistió, llevaron a cabo una nueva Fiesta QR en La Molina el último sábado en la que nos infiltramos: Oasis. El Comercio investigó este evento durante toda la semana pasada para conocer el modus operandi detrás la realización de las fiestas QR.
¿Cómo se organizan las fiestas QR?
El primer paso que realizan los organizadores es alquilar una casa lujosa, con un amplio jardín y, en la mayoría de casos, piscina para la realización del evento. La Molina es el distrito en el que se llevan a cabo estos eventos con mayor frecuencia. Cabe resaltar que el acuerdo y contrato de arrendamiento no siempre se realiza directamente con los propietarios del inmueble: puede hacerse a través de un nexo, como ocurrió en la fiesta anterior que organizó Soirees.
Luego de alquilar una casa, los organizadores anuncian el evento por Instagram con un mes de anticipación. En las publicaciones para promocionar su nueva ‘fiesta QR, Soirees y RAIA aseguraban que contaban con “permisos municipales”. En comunicación con El Comercio, el municipio de La Molina negó esta autorización.
Las publicaciones solo anuncian la fecha del evento y el costo de los tipos de entrada: S/.40 para VIP y S/. 30 para general fueron los precios para la fiesta ‘Oasis’. Los promotores mantienen la ubicación en reserva.
Las cuentas de Soirees y Raia invitaron a quienes deseaban adquirir entradas a enviarles un mensaje o ingresar al grupo de WhatsApp del evento.
El pago puede realizarse a través de un transferencia mediante billeteras digitales o un depósito. En el caso del evento Oasis, la titular de la cuenta era Enma Díaz. Una vez realizada la operación, los promotores piden una captura de pantalla como constancia de la operación y solicitan un correo electrónico para enviar la entrada QR. Así de sencillo es conseguir un pase para estas fiestas.
El mensaje por correo enviado a quienes abonaron el precio de entrada a la cuenta de Enma incluía un código QR e indicaba que el evento se realizaría en Monterrico, Surco, sin precisar la dirección exacta.
El viernes, la organizadora envío mensajes al grupo de WhatsApp para anunciar nuevas promociones de venta de entradas, reiteró que la fiesta se realizaría en Monterrico y aseguró que la ubicación exacta sería compartida el sábado a las 3 p.m. Sin embargo, el sábado por la tarde Enma reveló que no habría fiesta en Surco: el evento se realizaría en el Jirón Paseo de los Eucaliptos 700 en la urbanización Camino Real, La Molina.
Le preguntamos si podía asistir un menor de edad y respondió que no habría problema.
Fue así como se desarrolló el evento Oasis en una vivienda que recibió, aproximadamente, a 200 personas, entre jóvenes y mayores de edad. Por lo tanto, los promotores obtuvieron más de 7.000 soles con la venta de entradas. El Comercio se infiltró en la fiesta.
El Comercio llamó al serenazgo de La Molina para explicar todo lo que ocurría en el evento. Contestó una mujer, quien respondió que los serenos solo realizarían una labor disuasiva, es decir, solo podían pedirles que bajen el volumen. “La unidad de fiscalización se encarga de intervenir a las fiestas”, manifestó.
A las 11:53 p.m., llamamos al número del área de fiscalización del distrito y afirmaron que acudirían al Jr. Paseo de los Eucaliptos. Esperamos cerca de la casa hasta la 1 a.m. del 16 de julio, pero ningún vehículo ni personal de serenazgo o de la Policía Nacional se acercó a la vivienda.
Horas después, la municipalidad de La Molina informó a este Diario que a aproximadamente a la 1:15 a.m. miembros de la unidad de fiscalización del distrito y de la comisaría PNP de santa Felicia acudieron al lugar, verificaron la presencia de menores y consumo de alcohol en el interior, y retiraron a todos los asistentes. Además, anunciaron que colocarán una sanción a los propietarios del inmueble.
Cabe recordar que, a propósito de la agresión que sufrió Franco hace un mes, el alcalde de La Molina, Diego Uceda, anunció en una entrevista que el área de Fiscalización de su distrito se infiltraría en las fiestas QR para evitar que se lleven a cabo. Sin embargo, no ocurrió así con el nuevo evento organizado por Soirees.
¿Por qué las fiestas QR no cuentan con autorización y en qué delitos incurren sus promotores?
Javier Mendoza, ex subgerente de Fiscalización en diferentes distritos de Lima, indica que las viviendas están registradas para un uso exclusivo de habitación, mas no para la realización de fiestas que son un negocio, es decir, aquellas a las que se accede mediante la compra de entradas y donde se vende alcohol.
“Cuando se interviene estos eventos, lo más difícil es identificar quiénes son los promotores, porque no siempre están en la fiesta o se esconden con complicidad de las demás personas cuando llegan las autoridades. Cuando se contacta al propietario de la casa, muchos se enteran en ese instante que en su vivienda se está realizando una fiesta clandestina, es decir, con un fin distinto al que accedieron a alquilar el inmueble”, explica Mendoza.
“Como los promotores quieren captar a menores de edad, no pueden realizar estas fiestas en un local comercial formal que cumpla con estándares de seguridad, que tenga un límite de aforo y señales de seguridad, etcétera. Entonces, ‘sacan la vuelta a la ley’ y alquilan casas los fines de semana sin avisar a los propietarios cuál es el verdadero motivo del evento”, agrega.
Alexandra Vargas, abogada penalista del estudio Linares, explicó a El Comercio que la organización de fiestas QR no constituyen propiamente un delito, pues, en teoría, solo acarrean sanciones administrativas que colocan las municipalidades.
“Sin embargo, si se conoce que dentro de la fiesta ocurrió un delito, entonces este acto tendrá relevancia penal. En estas fiestas clandestinas, lamentablemente ocurren con frecuencia delitos por violación sexual, acoso o tocamientos sin consentimiento”, subraya Vargas.
En esa línea, Vargas señala que si uno o más asistentes a eventos de este tipo fallecen, puede presentarse una denuncia por homicidio culposo.
“En principio, la pena pesaría sobre los organizadores del evento y los titulares de la casa. Si el propietario de la vivienda no autorizó la realización de una fiesta clandestina y puede demostrarlo, puede alegar desconocimiento. Sin embargo, de todas maneras se generará un antecedente penal en su contra hasta que se demuestre tu inocencia”, explica Vargas.
Por ello, la penalista invita a los propietarios que arriendan sus viviendas a asegurarse que se cumplirá con el uso de alquiler acordado mediante un contrato para evitar problemas penales.
Así también, Vargas pide a los municipios, por ser autoridades fiscalizadoras, y a la Policía, que tiene competencia para impartir el orden, que investiguen e impidan con anticipación la realización de las fiestas QR y eventos similares para prevenir tragedias.
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