Fernando Mariátegui Cáceres, gerente de Panadería San Jorge S.A., en La Victoria, viajaba regularmente de Lima a una planta de la empresa en Trujillo, hasta que el 25 de diciembre recibió un mensaje perturbador en su celular: “Feliz Navidad y feliz cumpleaños. Ojalá vivas un año más”. El día de su nacimiento se enteraba que era una víctima de una extorsión.
Días antes de la sorpresa, Mariátegui había ido a Trujillo para investigar amenazas similares a sus trabajadores, para que paguen cupos. Incluso, uno de ellos había recibido un sobre con balas en su casa.
El empresario asegura que pidió ayuda a Roger Torres, jefe de la policía en La Libertad, quien envió a unos agentes a vigilar la planta. A partir de ese momento, Mariátegui comenzó a recibir llamadas y mensajes de texto en los que le exigían dinero (hasta US$ 50 mil).
La situación empeoró la semana pasada, cuando un carro interceptó a su hijo menor de edad mientras iba a estudiar. Entonces, Mariátegui dejó su casa, cambió de celular y denunció la extorsión en la comisaría de La Molina. Ahora, desde un lugar desconocido de la capital, espera que la Fiscalía investigue el caso.