El último lunes 14 de febrero, el congresista Guillermo Bermejo presentó una iniciativa legislativa para “fortalecer la lucha contra el narcotráfico” y establecer “un nuevo régimen de la hoja de coca”. Sin embargo, este proyecto tendría un trasfondo muy peligroso.
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Su propuesta plantea, entre otros aspectos, reconocer las 19 cuencas cocaleras que hay en el país, incluyendo al Vraem, desde donde sale la mayor cantidad de hoja de coca que va al narcotráfico. Para reconocerlos, propone que la Enaco (Empresa Nacional de Coca) implemente un Registro de Productores de Coca, previa acreditación del agricultor, a quien le entregarían una cédula de reconocimiento por cinco años.
¿Qué requisitos debería cumplir para legalizarse? La propuesta de Bermejo señala que debe ser un agricultor peruano, ser propietario o poseedor de una hectárea de sembrío como máximo, y no tener antecedentes de narcotráfico.
En las disposiciones complementarias propone derogar artículos del Decreto Ley 22095 y el Decreto Legislativo 124 que se contravengan con su iniciativa. Según los especialistas, en estos dos puntos está la trampa, pues ambas normas establecen que solo se puede sembrar coca en las únicas 22 mil hectáreas empadronadas en 1978. El resto –o sea más de 40 mil hectáreas– son ilegales y deben erradicarse. Entonces, si se formaliza a cocaleros ilegales de las 19 cuencas, se les estaría protegiendo de los procesos de erradicación, según expertos. ¿A dónde iría toda esa hoja de coca?
— Guillermo Bermejo Rojas (@GuilleBermejo01) February 15, 2022
Rubén Vargas, experto en la lucha contra el narcotráfico, explica que este y otros tres proyectos presentados por Perú Libre (PL) van en el mismo sentido: “Legalizar la mayor cantidad de cocaleros para que la policía no pueda erradicar esa hoja de coca [...] Todo esto lo disfrazan diciendo que lo hacen en defensa de la coca tradicional, cuando en realidad lo que están haciendo es acabar con ella al confundirla con la coca que termina convertida en droga”.
Agregó que “existe un interés inusitado en el Congreso, especialmente en la bancada de Perú Libre, de modificar el actuar marco legal de la hoja de coca, un interés centrado en resolver cómo protegen a toda la hoja de coca que existe en el Perú a sabiendas de que el 90% termina en cocaína. El interés es finalmente legalizar toda la producción de hoja de coca existente”.
En su opinión, estas pretensiones en el Congreso parecieran estar muy alineadas con la estrategia del gobierno en el combate de lucha contra las drogas que ha decidido focalizar la erradicación de los cultivos ilícitos en las áreas naturales protegidas, en sus zonas de amortiguamiento y en comunidades nativas. “Pretenden desentenderse de la coca ilegal que existe por ejemplo en el Vraem, en el Huallaga, San Martín, Ucayali, Loreto”, dijo.
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Para Vargas, cuando se habla de un nuevo empadronamiento en el fondo se está hablando de legalizar. “Lo que Bermejo y estos señores de PL no dicen es qué se pretendería hacer con las 160 mil toneladas de hoja de coca que se producen en el Perú, si el mercado lícito se abastece con 12 mil toneladas, según datos del INEI”.
Pedro Yaranga, experto en lucha contra las drogas, afirma que esta propuesta de Bermejo no combate por ningún lado el narcotráfico, sino que más bien es un peligro al buscar reconocer a los cocaleros ilegales.
Esta especialista destacó que el proyecto de ley de Bermejo propone la industrialización de la hoja de coca, pero esto es inviable. “La industrialización es un sueño. Es imposible que compita contra los precios del narcotráfico. Se ha demostrado en todos los experimentos que ha hecho Bolivia. Evo Morales invirtió millones. Además, para industrializarla se requiere que la coca sea orgánica y no lo es. La mayoría de cultivos usan agroquímicos y esta planta no es acta para el consumo humano”.
Otro aspecto que cuestiona Yaranga es que estos procesos de industrialización se les asignaría a Devida y a Enaco les estaría restando funciones. “Este es un proyecto muy ambiguo porque mezcla los conceptos de coca orgánica y tradicional con la otra coca, la que va a narcotráfico”.
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