Para llegar a la playa Los Pulpos, ubicada en el km 41 de la antigua Panamericana Sur, se debe tener paciencia. El ingreso a la playa luce cubierto por decenas de autos a lo largo de la calle que lleva el nombre del balneario.
El Comercio comprobó ayer que los veraneantes que llegan no respetan las zonas rígidas de la vía y parquean sus autos ocupando gran parte de la calzada.
Esta situación se observa a partir del mediodía, cuando los bañistas acuden masivamente a las playas del sur. En la zona solo dos agentes de serenazgo del distrito de Lurín vigilan el acceso peatonal a la playa. No hay presencia policial a lo largo de las cinco cuadras de la calle.
Vecinos aseguraron que han solicitado al municipio de Lurín que resguarde el acceso a la playa y que fiscalice a los comercios ubicados en él, pero no han recibido respuesta.
“Nosotros logramos que el año pasado la Municipalidad de Lima declarara zona rígida la parte izquierda de la calle y hemos colocado carteles que lo advierten, pero nadie acata la disposición y ninguna autoridad emite sanciones por ello”, dice uno de los residentes.
Aseguran que la comuna envía, de manera esporádica, a serenos, pero estos no se dan abasto los fines de semana. El Comercio intentó comunicarse con representantes de dicho municipio, pero no hubo respuesta.
MÁS AMBULANTES
A la salida del peaje de Villa, a la altura del km 20 de la Panamericana Sur, los vendedores de artículos de playa siguen invadiendo la vía auxiliar. Incluso han ocupado la salida de la balanza. Por ello, camiones forman largas colas en la vía.
En tanto, en la playa Punta Hermosa, este Diario comprobó que varios jóvenes continúan manejando cuatrimotos sin un casco que los proteja. No hay control policial ni municipal.
SITUACIÓN EN EL SUR
No hubo congestión ayer en la salida de Lima hacia las playas del sur. A partir del mediodía, se registró una ligera carga vehicular a la altura del peaje de Villa. Este problema fue ocasionado por la presencia de ambulantes.
En el ingreso a la playa El Silencio, a la altura del kilómetro 38 de la antigua Panamericana Sur, un paradero informal de mototaxis impedía el libre tránsito de los vehículos particulares. Combis recogían y dejaban pasajeros en plena vía.
Las discotecas ubicadas a lo largo de la antigua Panamericana Sur atraen a decenas de jóvenes que estacionan sus autos de manera irregular. Dicha situación estrecha el espacio de circulación en la mencionada vía.