El inspector general de la Policía Nacional (PNP), Jhonny Veliz, responde a El Comercio después de una serie de reportajes sobre faltas muy graves –las más serias en la escala vigente– contra el régimen disciplinario de la institución. Entre el 2018 y el año pasado, más de 23.000 agentes fueron pasados al retiro por esa razón.
La infracción más recurrente fue “faltar por más de cinco días calendario en forma consecutiva a su unidad, sin causa justificada”. Por ese motivo, 6.784 oficiales y suboficiales fueron apartados de la PNP.
Por otro lado, Veliz señala que algunos jóvenes “toman como un trampolín el paso por la policía”, aunque afirma que hay personas que no se adecúan a las reglas.
—Desde el 2021 se observa un incremento muy marcado y sostenido de faltas muy graves y pases al retiro por motivos disciplinarios en la PNP. ¿A qué se debe?
Efectivamente, hay una curva ascendente. En el 2020 hemos sacado una promoción de acelerada [de nuevos efectivos] por la pandemia y en el 2021 la situación también ha sido complicada para la policía. Eso se va reflejando con el personal, principalmente de las últimas promociones. Hablamos de suboficiales y alféreces, que son los más recurrentes en este tipo de infracciones.
—Entonces, ¿a qué podría deberse ese aumento?
Obviamente, la situación en la calle es bastante complicada. Los jóvenes en la calle no tienen mayores oportunidades y ven en la policía como una de ellas, quizá con el propósito de emerger, salir adelante, trazarse un camino y tomar mejores rumbos. Pero los filtros [para entrar a la PNP] de repente no son los más adecuados, los más apropiados.
—¿De qué modo podrían establecerse filtros más rigurosos?
Este año nos hemos propuesto en todos los procesos de ingreso ejercer un control mucho más riguroso. Hacer lo que se hacía antes: el personal que ya está perfilado, que ya pasó ciertos exámenes, vamos a hacer las visitas a su entorno familiar para tener información respecto de las relaciones, los vínculos que puedan tener, así como también en el vecindario, la comunidad. En eso estamos empeñados, aparte de hacer un mejor perfil. Tenemos que alinearnos y hacer un mejor proceso de selección.
—¿Para evitar el ingreso de gente joven que pueda tener vínculos con la delincuencia?
La PNP tenía veintitantas escuelas de formación a nivel nacional. De acuerdo a la norma, estas escuelas se deben reducir a diez. Lamentablemente, hay cierta presión, de ciertos sectores, que no quieren que las escuelas se cierren en determinada zona, porque es una fuente de ingresos para esa comunidad. Pero hay un tema bastante notorio de falta de infraestructura.
—¿A qué sectores se refiere, políticos, municipales?
Principalmente al sector político. Un tema que lo dejamos ahí, pero es notorio que hay cierta influencia, que no desean que [las escuelas que] están en determinadas regiones se cierren.
—“Faltar por más de cinco días calendario en forma consecutiva a su unidad, sin causa justificada” (MG 39). Esta es la infracción que más se repite y la que más pases al retiro por faltas disciplinarias genera en la policía. ¿Cómo evalúa que esta acción sea tan reiterativa?
Supongo que deben tener algunas oportunidades de trabajo, gente que migra al extranjero, que toman como un trampolín el paso por la policía. Pero también hay personal que no se adecúa a las normas de disciplina de la PNP.
—¿No le parece extraño? Algunos expertos con los que conversamos opinan que puede tratarse de hartazgo por cómo funcionan las cosas en la policía.
Los jóvenes tienen otras oportunidades. Tal vez no se adecúan a las normas o al ritmo de trabajo. El policía está de servicio 24/7. […] Son jóvenes, tienen otras perspectivas y recaen en este tipo de infracciones.
—¿Ve ahí una oportunidad para mejorar el sistema de horarios en la policía?
La policía tiene un régimen especial. Tenemos una remuneración consolidada, pero adicionalmente tenemos un bono. Eso es una situación bastante especial para el personal policial, de acuerdo a la ley. Dentro del sector público no estamos tan mal que digamos tampoco. Estamos ahí, intermedio. Obviamente, todos requerimos cierta mejora.
—Entonces, ¿no considera que el horario sea un problema?
Es una oportunidad, hay que verlo de esa forma.
—En seis años, fueron separados 3.129 efectivos por conducir con alcohol en la sangre. Llama la atención, porque precisamente se trata de la autoridad encargada de sancionar a las personas que conducen en ese estado.
Sí, es recurrente, no vamos a negarlo. Sí, hay casos que también tenemos, pero hay que tener en cuenta que la policía identifica esos elementos, los investiga. Si se ha cometido una infracción que linda con lo ilegal, con lo ilícito, es puesto a disposición de la autoridad que corresponde. La policía es inflexible en separar a los malos elementos.
—La violencia familiar (MG 89) también figura entre las infracciones más recurrentes: hubo más de mil denuncias. ¿Qué se está haciendo frente a esa situación?
No solo en la institución. Si uno analiza las denuncias de una comisaría, el índice mayor corresponde a casos de violencia familiar, ampliamente. Lo que pasa en la casa se repite en la institución. […] En la modificación que estamos haciendo en la norma, el personal va a tener que seguir un período de terapia psicológica, a fin de que, con [el trabajo de] los especialistas, puedan morigerar su comportamiento y adoptar una postura correcta con la pareja, los hijos.
—En un decreto supremo publicado el año pasado se establece que los infractores por esa falta reciban tratamiento psicoterapéutico con enfoque de género. ¿Ha visto cambios con esa norma?
Eso estamos incluyendo en la reglamentación. Dios mediante, ojalá que no pase de abril, vamos a tener una reglamentación y vamos a operar al 100% con esto.
—¿Todavía no se implementa la terapia?
Estamos en ese proceso.