El ciudadano invidente Marcos Segura Lozano aseguró a El Comercio que iniciará acciones legales en contra de Pro Transporte luego de que el lunes el chofer de un bus alimentador del Metropolitano le impidió subir al vehículo debido a que pretendía viajar con su perro guía, y lesionó al animal al cerrar la puerta de la unidad.
“Eran las 6:45 de la mañana y me disponía a subir al bus alimentador en el paradero de las avenidas 22 de Agosto y Universitaria, en Comas. El conductor, Francisco Urbina Casquero, me dijo que yo estaba ‘haciéndome el ciego’ y cerró intencionalmente la puerta en la cadera de mi can Ozy”, indicó Segura.
Asimismo, el agraviado sostiene que luego del incidente el animal comenzó a convulsionar por lo que fue trasladado por la policía a una clínica veterinaria, donde fue diagnosticado con una posible hernia discal.
“Nadie se acercó a pagar los gastos médicos. Lo peor de todo es que cuando yo hacía la denuncia en la comisaría de Independencia, se acercó un representante del consorcio Perú Masivo, responsable del bus alimentador, para condicionarme de que pagarían los gastos de la veterinaria si yo desistía de hacer los trámites legales”, agregó.
El Comercio intentó comunicarse sin éxito con un representante de esta concesionaria.
“Era un chofer de reemplazo”
El jefe de Seguridad de Pro Transporte, Marino Farías, señaló que este incidente se trata de “un caso aislado” y que el conductor sería uno de reemplazo. “Nosotros sí nos ofrecimos a pagar los gastos, pero él se negó. Esta es la primera vez que nos sucede algo similar”, explicó el funcionario edilicio.
MARCO LEGAL
En enero del 2012 se promulgó la Ley 29830, que promueve y regula el uso de perros guía por personas con discapacidad visual.
USO EN EL TRANSPORTE
Según la norma, los invidentes pueden hacer uso de estos animales en lugares públicos, incluyendo los medios de transporte.
SANCIÓN EJEMPLAR
El incumplimiento de esta ley es sancionado con multas que van desde 0,5 UIT hasta 12 UIT.
EN EL METROPOLITANO
De acuerdo con Pro Transporte, los perros guías deben ubicarse en los espacios destinados a las sillas de ruedas, mientras que los dueños viajan en los asientos reservados.