En Lima ocurre casi el 30% de las violaciones a menores
En Lima ocurre casi el 30% de las violaciones a menores
Luis Silva Nole

Un mal día del 2014, una niña de 6 años fue violada por su padre en una vetusta vivienda de Barrios Altos. El despreciable aprovechó que la mamá había salido de compras para ultrajar a la menor en presencia de su hermanita de 4 años. Al retornar a casa, la madre se percató de la violación. Encaró al padre y este la golpeó. La mamá lo denunció.

Esta niña es uno de los seis mil casos de delitos contra la libertad sexual en menores registrados el año pasado por el Ministerio Público, señala la psicóloga clínica Gisella Tenorio Gamonal, coordinadora de las cámaras Gesell de la fiscalía.

Dichas cámaras son ambientes en los que la presunta víctima responde preguntas de un psicólogo forense, mientras que un fiscal guía la entrevista desde una sala contigua sin que el menor se percate de ello.

Ese diálogo entre el psicólogo del Ministerio Público y el menor es llamado entrevista única. Cada entrevista única equivale a un caso denunciado ante la policía, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables o ante la fiscalía misma.

Según la fiscalía, en el 2011, en todo el país, se registraron más de 4.000 denuncias por delitos de índole sexual contra menores: explotación sexual, violación, tocamientos indebidos, y actos contra el pudor. Entre el 2011 y el año pasado, esos delitos aumentaron en 45%.

Estimamos que en el 2014 hubo seis mil casos. En el 2013 Lima registró 1.711 casos, lo que representó el 29% del total en el ámbito nacional. El número de estos delitos está in crescendo”, dice la psicóloga.

FALTA DE RECURSOS
Las cámaras Gesell son usadas por la fiscalía desde el 2008, cuando se adquirieron ocho de ellas. Hoy, en el país existen 29. Siete están en Lima Metropolitana y dos en el Callao. Su uso permite al fiscal tener elementos de prueba para formular la acusación penal contra el agresor.

La entrevista única evita la revictimización de la persona agredida. Es decir, impide que la presunta víctima cuente varias veces el evento traumático a los diferentes operadores de justicia. Solo se usa en caso de víctimas menores de edad.

Por ejemplo, en la cámara Gesell, la niña cuyo caso mencionamos confesó que durante dos años su padre la había manoseado y que calló por temor a que él la golpeara.

En promedio cada cámara alberga cuatro entrevistas diarias, de una hora cada una. De acuerdo con Tenorio, hay cámaras que no se usan por falta de personal, pese a que la inversión en cada una asciende a S/.80 mil. “Los casos aumentan y se necesitan más cámaras y psicólogos en la fiscalía”, dice.

Los lineamientos de la  Convención Internacional de los Derechos del Niño, a la que el Perú está suscrito, recomiendan que las cámaras Gesell sean usadas también para proteger a niños y adolescentes testigos de vejaciones a otros menores. Según la jueza superior de familia, Elvira Álvarez, eso no sucede.

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