Redacción EC

La policía de la (Dirandro) sigue buscando a todas las personas vinculadas , el cual fue desbaratado cuando los agentes frustaron el envío de 626 kilos de clorhidrato de cocaína desde La Molina hacia Estados Unidos. Entre los nueve intervenidos hay a quienes ahora sus familiares tratan de defender.

"Conozco a nuestros hijos y sé que no tienen nada que ver con este delito. Los tres son hijos buenos", dijo Marie Bryson, quien se identificó como la madre de Paris Devoe Cerbellón (20).

"Dejen de asumir que son culpables si no están seguros (...) No quiero que Perú use a nuestros hijos como si fuera un mal ejemplo", comentó a su turno Guellese Scott, quien sería la madre de Marlus Cerbellón (22).

Ambas son las madres de los jóvenes que cayeron en la lujosa casa de La Molina, pero también conocen a un tercer detenido: Marlon Devereux Bryson, primo de Paris Devoe. "Se criaron juntos, es muy apegado a Paris, trabajaron juntos hasta febrero de este año", añadió Marie Bryson.

IGNORANCIA TOTAL

Según la versión de ambas, ninguno de los jóvenes conocía sobre los actos ilícitos de su padre, Jorge Ignacio Cerbellón Aparicio (47), quien sería el líder del clan que se dedicaba a traficar droga del Huallaga y el Vraem a Estados Unidos.

"Ellos (sus hijos) no tenían ropa lujosa ni carros lujosos ni vivían una vida lujosa (...) Son trabajadores, fueron a la universidad. Los verán como monstruos pero no es así", dijo Bryson.

Según el parte policial, los tres jóvenes estadounidenses realizaron cuantiosas compras estando en el Perú, supuestamente con el dinero que su padre les dio y que obtenía a través del narcotráfico. "El papá de nuestros hijos les puede dar lo que quiera, eso no es un crimen", añadió Marie en defensa de los jóvenes.

Ambas coincidieron en decir que los tres intervenidos eran humildes, estudiosos y que habían llegado a Lima para que su padre les diera trabajo pintando carros en la que sería , en La Victoria.

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