Todo joven periodista que inicia en la cobertura de noticias locales hace al menos una vez un recorrido por Mesa Redonda. El desorden, la procesión interminable de comparadores, estibadores y ambulantes en jirones tan angostos como Andahuaylas o Puno, y la sombra del peor incendio urbano causado por pirotécnicos del que se tiene registro en Perú –casi 300 muertos hace 23 años– desconciertan a más de uno. Cuando tienes más de 10 años reportando la ciudad lo que te asombra ya no es el caos sino que persista pese a los sucesivos intentos de gestiones municipales por establecer nuevas estrategias para ordenar lo imposible.
La aparente anarquía en la que se mueve esta zona comercial del Cercado de Lima, aunque señalada mil veces como un riesgo, parece que ya no preocupa. Esta redactora lo comprobó en diciembre del 2020, cuando en plena crisis por contagios de Covid-19, las aglomeraciones en las mismas calles, con las mismas características –veredas ocupadas por puestos improvisados, productos inflamables atiborrados en la vía pública y aforos al límite– se acrecentaban con la cercanía de Navidad y Año Nuevo. La diferencia es que todos usaban mascarillas.
Este año, parece que, otra vez, nada se ha aprendido.
En Mesa Redonda operan 62 galerías con aproximadamente 1.500 comerciantes. Según la Municipalidad de Lima, solo el miércoles 4 de diciembre acudieron 468 mil personas.
El último viernes, la comuna clausuró 320 almacenes clandestinos que representaban alto riesgo por guardar artículos inflamables. Mario Casaretto, gerente de Gestión del Riesgo de Desastres de la comuna, explicó que se trata de viviendas que son alquiladas como depósitos sin autorización. Varios ya contaban con bloques de cemento en los ingresos, pero los comerciantes los habían movido para seguir guardando mercadería.
¿Por qué los intentos de reubicación no han prosperado?
Para Themis Castellanos, equipo WIEGO Lima e investigadora sobre el empleo informal, una de las razones es que falta un diagnóstico adecuado del problema. En diálogo con este Diario, indicó que el comercio en la vía pública es un problema de acceso a condiciones adecuadas de empleo, especialmente en un contexto de crisis económica, pero suele atenderse únicamente como el uso de la vía pública sin autorización. Además, advierte que se han reducido los espacios de coordinación entre vendedores y las municipalidades.
“Si lo que se quiere es que no estén en la vía pública, a lo que se apela es simplemente a la fuerza policial, a cerrar calles o, como ahora, a colocar rejas más altas. Esto puede reducir y evitar cierto tipo de ingreso en ciertos horarios, pero no es posible mantenerlo a largo a mediano plazo porque se requiere una gran cantidad de personal. Entonces, los comerciantes que necesitan trabajar prefieren quedarse en sus lugares toda la noche para no perder ese espacio”, explica.
La antropóloga recordó que fin de año es la campaña comercial más grande para todo el país y Mesa Redonda es una zona clave porque concentra a las distribuidoras y mayoristas más importantes. Por ello, cualquier proyecto de reubicación debe plantear una mirada estratégica donde se apueste por mejorar las condiciones de trabajo en lugares atractivos que ya tengan movimiento comercial o donde se asegure que en el futuro haya dinamismo comercial.
“Desde la lógica del comerciante, si tienes a la mano al distribuidor o al mayorista y vives cerca, el margen de ganancia aumenta. Mucha gente vive del día y esos soles ahorrados en almacenamiento y transporte son valiosos. Obviamente el Centro de Lima es estratégico”, explicó.
En junio del año pasado, la gestión del alcalde Rafael López Aliaga inició un proyecto de reubicación de ambulantes de Mesa Redonda y Mercado Central. Aunque la promesa de traslado hacia la Feria Bazar Huerta Encontrada, en Barrios Altos, sonaba esperanzadora, la mala ubicación y poca la accesibilidad de los nuevos espacios hizo fracasar el proyecto. Ese mismo mes, el alcalde reconoció que la reubicación de ambulantes no funcionó y que se trabajaría en un nuevo espacio para trasladar a los trabajadores, especialmente a aquellos más vulnerables. Hasta ahora no hay anuncios sobre dicha propuesta.
Accesos restringidos
La Municipalidad Metropolitana de Lima instaló rejas en 15 intersecciones para restringir el acceso peatonal y vehicular en inmediaciones de los emporios comerciales Mesa Redonda y Mercado Central. Aunque el municipio informó que con ello se busca evitar el ingreso de ambulantes, este Diario confirmó que el desorden no ha disminuido.
Este Diario comprobó que las rejas cuentan con personal permanente de la municipalidad y de la Policía Nacional. Sin embargo, también dificultan la salida de personas ante una emergencia.
Las rejas se ubican en:
- Jr. Huallaga con Av. Abancay
- Jr. Ayacucho con Jr. Huallaga
- Jr. Andahuaylas con Jr. Huallaga
- Jr. Huallaga con Jr. Paruro
- Jr. Ucayali con Jr. Paruro
- Jr. Santa Rosa con Jr. Paruro
- Jr. Cusco con Jr. Paruro
- Jr. Puno con Jr. Paruro
- Jr. Andahuaylas con Av. Nicolás de Piérola
- Jr. Ayacucho con Av. Nicolás de Piérola
- Jr. Inambari con Av. Nicolás de Piérola
- Jr. Puno con Av. Abancay
- Jr. Cusco con Av. Abancay
- Jr. Santa Rosa con Av. Abancay
- Jr. Ucayali con Abancay