FERNANDO GONZÁLEZ-OLAECHEA / @fernandogot
Los vecinos y padres de la urbanización Laderas de Chillón, en Ventanilla, se asustaron ayer al ver que por segunda vez en una semana los escolares de ese sector terminaban en un centro de salud con los mismos síntomas: ardor en los ojos y la garganta, dolor de estómago y, en algunos casos, vómitos.
Cerca de las 8:30 de la mañana, 85 alumnos de seis colegios, sobre todo de la institución educativa Kumamoto, empezaron a sentirse mal a causa de un olor que ni ellos ni los vecinos podían detallar.
Inmediatamente fueron llevados al Centro de Salud Laderas de Chillón y al Hospital Carlos Lanfranco La Hoz. Al final de la tarde todos los menores fueron dados de alta.
Jhon Mejía, director de la Microrred de Salud de Puente Piedra, confirmó que el diagnóstico de los menores fue una intoxicación leve por inhalar gases tóxicos. La Dirección de Salud Ambiental (Digesa) del Ministerio de Salud tiene tres hipótesis al respecto.
La primera es que los escolares hayan respirado gases y partículas tóxicas liberadas por la quema clandestina de materiales peligrosos como llantas, pintura o plásticos. La segunda es que se hubiera producido una fuga en una planta de envasado de gas, ubicada a dos kilómetros de la zona afectada.
La tercera es que el terreno donde se levantan los locales estuviera sobre un botadero de basura del que habría emanado gas metano.
Estos alcances los dio ayer a El Comercio el director ejecutivo de ecología y protección del ambiente de la Digesa, Elmer Quichiz.
El miércoles de la semana pasada ocurrió algo similar en la urbanización Las Laderas de la Ensenada, al costado de Laderas de Chillón. Los alumnos afectados aquella vez pertenecían al colegio César Vallejo.
Quichiz confirmó que la causa de la intoxicación fue la quema de llantas y pintura en un cerro cercano al colegio. Por eso no se descarta que la causa de lo ocurrido ayer haya sido la misma. Quichiz indicó que en esa zona es común la quema de materiales tóxicos como los antes mencionados.
El especialista explicó que, al ser quemados, estos productos liberan gases y partículas que viajan en el ambiente aun cuando el humo se haya disipado. Recordó que un incendio en un taller y depósito de llantas en La Victoria, ocurrido en diciembre del 2013, afectó incluso a vecinos de distritos aledaños.
Tanto la Digesa como el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) del Ministerio del Ambiente tomaron muestras de aire en la zona para realizar las investigaciones del caso.
EVALUACIÓN ES URGENTE
Alexandro Saco, coordinador nacional de Foro Salud, opinó que, en este caso, la Digesa debe determinar las causas de la intoxicación de forma urgente, pues los afectados son, por segunda vez consecutiva, escolares.
“Si la Digesa no tiene un informe rápido, hay que cuestionar su competencia”, consideró.
Elmer Quichiz refirió que si la quema clandestina fuera la causa de la intoxicación, la municipalidad sería responsable de fiscalizar y sancionar dicha práctica. Según el Código Penal, una persona que genere contaminación ambiental y, al hacerlo, actuara de manera clandestina, puede recibir entre 4 y 7 años de cárcel.
El Comercio buscó la versión de algún funcionario municipal de Puente Piedra, pero a pesar de nuestra insistencia no se pudo obtener una respuesta oficial.
El experto en derecho municipal, Julio César Castiglioni, indicó que si la municipalidad no fiscaliza esta actividad, el alcalde puede ser denunciado por omisión de funciones.