La municipalidad de Miraflores se encuentra, nuevamente, en medio de una polémica tras el anuncio de que instructores y profesores de actividades físicas deberán empadronarse, así como pagar un tributo para utilizar espacios públicos. Además, las personas que deseen hacer un picnic de más de 15 participantes tendrán que solicitar un permiso a la alcaldía.
Sandra Boza, gerente de participación vecinal, declaró a Canal N que la municipalidad está en un proceso de reordenamiento de las actividades y usos de espacios públicos. En esa línea, “los instructores que tienen una connotación económica” en los espacios de Miraflores tendrán que ser empadronados y, según la normativa que están elaborando, tendrán que pagar un derecho.
Agregó que la municipalidad regularía los picnics de varias personas, de 15 o 20 personas a más, pues “genera una inquietud en los ciudadanos”. Quienes quieran realizarlo, tendrán que presentar una solicitud y asegurar que no harán ruido, no usarán equipos de música y no dejaran deshechos, entre otros, dijo la funcionaria.
Este anuncio ha puesto en alerta a gran parte de la población que utiliza los parques de Miraflores, ya sea para pasar un tiempo de ocio o para hacer deportes. Además, especialistas aseguran que esta medida podría afectar los derechos de los ciudadanos en los espacios públicos.
La Ley 3119 de gestión y protección de los espacios públicos señala en estos lugares se debe garantizar el libre acceso y sin discriminación. Agrega que “están destinados por su naturaleza (...) a la satisfacción de necesidades colectivas, como el descanso, la recreación, la expresión cultural, el intercambio social, el entretenimiento y la movilidad a lo largo del ciclo de vida de los ciudadanos”.
¿Cómo comenzó la problemática?
Renato Otiniano, regidor de la Municipalidad de Miraflores, conversó con este Diario y comentó que todos estos anuncios se remontan a una queja vecinal de febrero de este año. Vecinos del parque Grau, en el malecón Cisneros, se quejaban de la bulla emitida por diversos grupos que acudían al óvalo Grau (ubicado al final de la av. Pardo), para hacer clases de bailes entre otras actividades. Estos grupos, desde la mañana, según las denuncias, utilizaban parlantes con música a todo volumen que molestaba a los vecinos.
Según cuenta el regidor, tras estas denuncias, y con el fin de resolverlas, es que el municipio da estos anuncios. Sin embargo, “hace dos semanas, la municipalidad decidió parar todo. Ahí es donde mete en una bolsa a todos los usuarios de los parques. A fiscalización le dicen: suspender todas las actividades masivas. Ahí se ven afectados los que hacían yoga, meditación, thai chi, entrenamiento, etc”, dice Otiniano. Agrega que “una cosa es quienes desobedecen las reglas y otros los que simplemente están haciendo estas actividades”.
Milagros Saux es una de las personas que bailaba zumba en el óvalo Grau junto con amigas. “Yo soy vecina miraflorina, tributo acá y todas las vecinas que vivimos cerca al óvalo Grau vamos a hacer zumba. Estamos hablando de un baile que es beneficioso para la mente, el cuerpo, es terapéutico. A muchas señoras mayores de 80 años las ves disfrutando y viene el serenazgo, fiscalización, gente vestida como si fuese a la guerra, y las amedrentan diciendo que no pueden bailar ahí”, cuenta a El Comercio.
En esa misma línea, comenta que comprende a los vecinos que les molesta la bulla y por eso está de acuerdo con que se llegue a un punto medio: “nadie está en desacuerdo con que nos normen para llegar a un punto medio, pero estamos en desacuerdo que nos desalojen. El deporte es vida. La manera en que han abordado esto es muy molesta. Nosotras nos sentimos acosadas. Nos han dicho ‘no aplaudan’”.
El polémico cobro a los instructores
“Con las justas subsistimos”, dice un entrenador personal en el malecón Cisneros, que prefiere mantenerse en el anonimato, ante el posible cobro de tributos a los instructores o profesores que trabajan en el espacio público. Explica, molesto, que muchas veces ellos llegan temprano al parque y recogen todas las botellas, bebidas alcohólicas y basura que dejan otras personas por la noche. “Eso debería molestar, no el deporte”, agrega.
Para Michael Orbegoso, profesor de yoga que da clases personales en el malecón, esto no va a tener un beneficio para nadie. “Una persona que vive al frente del parque y quiere practicar cerca, lo hace porque es cómodo, no debería haber un inconveniente. (Ahora) no va a haber beneficio, va a ser lo contrario, porque los profesores simplemente irán a otro lado”, dice.
Cynthia Yamamoto, fundadora de Ciudadanos de a Pie, explica que la legislación tributaria permite el cobro, ya sea con impuestos, contribuciones o tasas (para la prestación de servicios públicos). Sin embargo, estas tienen una limitante. Yamamoto indica que las tasas “no permiten el cobro por el valor del suelo, en este caso del espacio público. Te cobran el servicio prestado, lo que se gasta en personal, infraestructura, mobiliario, etc. Existe prohibición expresa de las municipalidades”.
En esa línea, sostiene que el espacio público no es considerado un bien público, entonces ninguna municipalidad tiene la capacidad para cobrar por el uso de ese espacio que, además, es gratuito y libre de reunión y encuentro. “Si quiere poner otro tipo de licencia, como entrenador oficial de Miraflores, para que puedan brindar los servicios, sería licencia de funcionamiento, pero hay un montón de actividades que no tienen licencia”, agrega Yamamoto.
Julián Posada es licenciado en educación física y desde hace 7 años dicta clases de fútbol a niños en el parque Raymondi. A diferencia de los otros instructores, Posada está a favor de un ordenamiento a estas actividades. “La medida puede dar un poco de orden. Hay personas que dan entrenamientos, actividades (...) la municipalidad puede crear estrategias y lo puede reglamentar”, explica. Sobre el pago de impuestos, asegura que se debe analizar y estudiar mejor.
El abogado laboralista Jorge Toyama explica que los parques son espacios públicos, pero cuando se realiza una actividad económica en estos, se está sujeto a una regulación o control del Estado. La municipalidad puede empadronarlos y cobrar un tributo, es como una licencia de funcionamiento, pero móvil, explica.
“Así como los ambulantes tienen una regulación, estas personas también porque realizan una actividad lucrativa”, concluye.
Permiso para los picnics
El anuncio de permiso para organizar picnics en Miraflores de más de 15 o 20 personas ha generado gran polémica en redes sociales. De hecho, para este sábado se convocó a un “picnic de resistencia” en todo el malecón Cisneros para mostrar la molestia de ciertos ciudadanos.
Entre los participantes de la protesta pacífica había adultas mayores que hacen deporte al aire libre. “Hacemos tai chi entre las 6 y 9 de la mañana. Estamos preocupados porque nos quieren poner horarios. ¿Te imaginas a adultos mayores con el horario que quiere el alcalde? Es absurdo. Somos mayores, ¿cómo nos va a cortar eso?”, dijo una vecina a TVPerú y agregó que sí se necesita el cuidado del malecón durante la noche, donde no hay presencia de serenos.
En declaraciones a Canal N, la gerenta de participación ciudadana de Miraflores, sostuvo “ese disfrute no lo vamos a restringir [picnic de pocas personas], lo que vamos a regular, de repente, es cierto número de personas, de más de 15 o 20 que generan una inquietud en los ciudadanos por el tema de inseguridad ciudadana”.
Para Flavia Muro, analista de diseño urbano de Ocupa Tu Calle y Lima Cómo Vamos, esto es un desincentivo para usar el espacio público y va a generar que las personas interactúen menos y creen menos sociedad. “Esto vulnera los derechos y es desmedido porque en la proporción de la actividad, no responde a ningún peligro para la comunidad”. Indica que “vulnera los derechos de libertad y derecho a la ciudad. En la ley de espacios públicos dice que las personas tienen el derecho al libre tránsito sin discriminación”.
Asimismo, explica que hay que tomar en cuenta que la oferta de espacios públicos en Lima es limitada y no es proporcional, hay distritos que tienen pocos y otros que tienen más. Miraflores es uno de los distritos con más espacios públicos de calidad, entonces muchas personas van de visita al distrito para usarlos y deben tener los mismos derechos. “Muchos ciudadanos migran porque en sus distritos no encuentran la oferta de espacios públicos; si hubiese, no irían a Miraflores”, explica.
Descargos de la Municipalidad de Miraflores
En respuesta a las consultas de El Comercio, la Municipalidad de Miraflores dijo que la norma sobre el empadronamiento de entrenadores e instructores está en proceso de elaboración.
“Se evaluará si la actividad económica del instructor ocasiona un impacto en el espacio y en el vecindario y, utilizando el principio de razonabilidad, se establecerá el pago de una tarifa (no es un tributo), el respeto de ciertas normas de convivencia, horarios y espacios adecuados para el desarrollo seguro de la actividad en convivencia armoniosa con los vecinos”, indicaron.
Ante las denuncias por limitación del derecho sobre el espacio público, añadieron que su intención es “organizar” las actividades que se realizan.