Mujer israelí duerme hace 19 días en el aeropuerto Jorge Chávez
Mujer israelí duerme hace 19 días en el aeropuerto Jorge Chávez
Juan Guillermo Lara

Desde hace 19 días, Olga Babaev vive en el . Los pasajeros y trabajadores la ven deambulando en el terminal, en los baños, o durmiendo en asientos del primer piso, cerca de la puerta de salida internacional.

Aunque la mayoría piensa que es una turista que espera para abordar su avión, quienes escuchan su historia le ofrecen algo de comer o beber. Ella solo busca paz.

Olga Babaev nació en 1959 en el territorio del actual Azerbaiyán, que en aquel entonces formaba parte de la Unión Soviética. Su vida, como el Medio Oriente, está repleta de tragedias. A los 15 años fue víctima de violencia sexual por parte de un primo. Atormentada, huyó a Israel.

Allí se casó y adquirió la nacionalidad. Pero, con el paso del tiempo, los constantes maltratos de su esposo la forzaron a escapar otra vez.

Se mudó de Tel Aviv a Haifa, donde las calles fueron por mucho tiempo su hogar. Se sabe que después vivió en Moscú, París y Roma, haciendo trabajos esporádicos y pidiendo ayuda. Así, este año logró comprar un billete a Brasil. “No me gusta el frío, por eso vine a Sudamérica”, comenta Olga en inglés, mientras come un tamal.

En Río de Janeiro estuvo entre febrero y mayo. Durmió en un hospedaje pero cuando se le acabó el dinero se refugió bajo la puerta de un banco. Allí la encontró Ilana Chafir, de la comunidad judía de Brasil, quien le ofreció atención médica, comida y cobijo.

—Última parada—
“¿Adónde quieres ir?”, le preguntó. “A un sitio cálido”, respondió Olga. Así, el 29 de mayo aterrizó en Lima, donde iba a ser alojada en un albergue judío para adultos mayores. Pero al llegar no se contactó con el refugio porque temió que la enviaran a Israel. “Allí no quiero volver. No tengo a nadie”, expresa.

Por Skype, Chafir dijo que Olga tiene tres hijos pero no mantiene contacto con ninguno. Añadió que sufre incontinencia urinaria, escaras y otros males.

Rocío Espinoza, jefa de imagen del aeropuerto, informó que le han ofrecido atención básica, pero pidió que alguna institución la acoja. “La señora entró al país como turista por un plazo de 60 días”, comentó.

Según su pasaporte, Olga cumplió 57 años el último miércoles, pero para ella fue un día más en las bancas. “Si usted no me lo decía, no me acordaba de la fecha”, dijo. Y sonrió.

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