Los conductores protestaron, los comerciantes también y los peatones, beneficiarios principales del proyecto, no sabían cómo reaccionar ante la idea de tener para sí mismos, por primera vez, toda una calle del Centro de Lima. La peatonalización del eje jirón Ucayali-Ica, en el 2013, representó la iniciativa inaugural para reivindicar al ciudadano sobre el automóvil. Han pasado nueve años y el proyecto está a punto de llegar a más de 40 cuadras para uso exclusivo de peatones y movilidad inclusiva y sostenible.
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Esa es la promesa de la Municipalidad de Lima, que inició la tercera etapa de las obras de peatonalización del Centro Histórico con 21 cuadras nuevas que serían entregadas en noviembre. Junto con la primera y segunda etapa, ejecutadas desde el 2021, se completarán las 41 cuadras de un plan maestro que busca alcanzar, para el 2029, a 176 cuadras de calles y jirones.
En la tercera etapa, los trabajos progresivos abarcarán los jirones Azángaro, Lampa, Junín, Cailloma, Rinconada de Santo Domingo, Huallaga y Callao.
Según informó Prolima a El Comercio, el proyecto consiste en la pavimentación con adoquines de granito de la calzada y piedra basalto para la zona de las veredas. También abarca la instalación de bolardos, papeleras y macetas, la mejora del sistema de iluminación de las calles intervenidas, nivelación de la diferencia entre la calzada y la vereda para facilitar el desplazamiento de personas con movilidad reducida y la instalación de pisos podotáctiles para facilitar el acceso a personas con discapacidad visual.
A través de una comunicación escrita, Prolima señaló que la peatonalización contribuirá con la reactivación económica al permitir que vecinos y visitantes pasen más tiempo en negocios y atractivos del Centro Histórico.
“La menor circulación de vehículos traerá una mejora considerable y progresiva en la calidad del aire, lo que a su vez repercutirá en el atractivo turístico de esta parte de la ciudad”, indicaron.
Lo que proyecta entregar el municipio a noviembre de este año representará el 23,3% de la peatonalización contemplada en el plan maestro, aprobado en el 2019. Las 135 cuadras restantes quedarán en manos de la próxima gestión.
Intervención integral
Este Diario conversó con dos especialistas en urbanismo para conocer su opinión sobre el tema. Mario de los Santos, analista de diseño urbano de Lima Cómo Vamos, y Cynthia Yamamoto Vera, abogada y cofundadora del colectivo Peruanos de a Pie, coincidieron en que la peatonalización favorece la salud, la democratización y la sostenibilidad. Sin embargo, añadieron que los trabajos no deberían quedar ahí.
“La peatonalización no puede ir sola, tiene que ir acompañada de un plan de ordenamiento de movilidad urbana a una escala mayor. Con eso potenciamos sus beneficios y le damos más sentido. Es urgente integrar el transporte público y que se fomente el transporte alternativo con una red de ciclovías que conecte los esfuerzos distritales”, sostiene De los Santos.
Ahí la tarea de unificar esfuerzos recae en el alcalde de Lima, quien, aunque desde la creación de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) no tiene injerencia directa en el transporte, es la máxima autoridad del espacio público, dice Yamamoto.
“La Municipalidad de Lima tiene dos asientos en el directorio de la ATU, la idea es que hagan un trabajo de sinergia para que se reordenen los paraderos, se cumplan las frecuencias de los buses y se evalúe si los paraderos en la avenida Abancay y Tacna, tal como están dispuestos, son útiles”, explica.
La especialista también sostiene que la peatonalización debería ir acompañada del reordenamiento del comercio ambulatorio, reparto logístico y arborización. “Se necesita sombra, los pocos árboles que hubo se talaron, se pusieron palmeras que no tienen un fin de aclimatación del calor, algunas se están muriendo. No se necesitan macetas sino árboles”, añadió Yamamoto.
Sobre la peatonalizacion, pidió que de todas formas la próxima gestión supervise que el suelo ya peatonalizado sea de buena calidad que soporte el incremento de demanda de visitantes a pie. “Los adoquines no son de la misma calidad que se utilizó en jirón Ucayali o Áncash. Si son de mala calidad pueden generar accidentes”, dijo
Finalmente, De los Santos señala que indispensable que la próxima gestión dé continuidad al plan maestro, porque un “borrón y cuenta nueva”, como se ha visto en otras gestiones, solo retrasa esfuerzos para recuperar el Centro Histórico de Lima.