Unidad de Investigación
En enero del 2019, un inmenso aniego de aguas servidas afectó a miles de vecinos de San Juan de Lurigancho (SJL). El desagüe entró a las casas y contaminó todo a su paso tras la rotura de varias tuberías. Se trató del peor desastre medioambiental ocurrido en la capital en los últimos años.
Esta vez, esta misma amenaza se traslada a los distritos de Lurigancho-Chosica (Lima) y San Antonio de Chaclla (Huarochirí). En un informe de Sedapal, conseguido por El Comercio, se alerta del posible colapso del sistema de desagüe en estos lugares, donde viven alrededor de 100 mil personas.
El informe, suscrito por la gerente de Gestión de Aguas Residuales de Sedapal, Pilar Alva Tafur, se refiere a fallas detectadas en los colectores instalados en los sectores de Esquema Cajamarquilla, Nievería y Cerro Camote.
Estas tuberías fueron puestas por el Consorcio Saneamiento Cajamarquilla, integrado por Corsan Corviam Construcción S.A. Sucursal del Perú, Constructora MPM S.A. e IVC Contratistas Generales S.A., que obtuvo el contrato ascendente a US$102′182.006.
Precisamente, esta última empresa fue la que instaló los tubos que causaron el aniego del 2019 en SJL. Por ello aparece mencionada en un informe de la contraloría sobre las irregularidades que desencadenaron este hecho.
—Las mismas fallas —
En su informe, Alva consigna que las tuberías puestas en Esquema Cajamarquilla, Nievería y Cerro Camote “ponen en riesgo el sistema de colectores primarios” y agrega que “un evento de colapso u otro podría afectar a la población”.
La funcionaria recoge las advertencias de los ingenieros de Sedapal Yuri Sánchez y Walter Perales, quienes informaron previamente que en las tuberías habían detectado las mismas deficiencias que se hallaron en el colector de SJL que colapsó en el 2019. “En virtud a los hechos producidos en la Estación Pirámide del Sol [...], se evidenciaron estas mismas deficiencias en los colectores”, anota el documento.
Los ingenieros realizaron esta advertencia debido a que el comité de recepción de obras de Sedapal también había detectado deficiencias en la construcción: “Esta obra presenta fallas en 279 tramos, de un total de 288 tramos, de colectores ejecutados, en donde se ha identificado desalineamiento horizontal, vertical, deformación vertical [...] identificadas mediante el uso de cámaras televisivas”.
Los ingenieros Walter Perales y Leonel Vázquez integraron el comité de recepción de dicha obra, desde noviembre del 2018. Las inspecciones de seis colectores, ubicados en distintos tramos de los 245 km de redes, se hicieron entre mayo y junio de 2019.
En el informe del comité de recepción se lee: “Se identificó observaciones mayores […] señalando las acciones que la contratista debió realizar para levantar las observaciones”.
El comité trasladó el reporte a la supervisora de obra y a la contratista que no reconoció las observaciones de los ingenieros de Sedapal. “Manifiesta no estar de acuerdo y cuestiona las observaciones mayores referente a los colectores”. La misma postura mantuvo la supervisión de la obra, que cuestionó la forma y fondo del reporte del comité.
El comité que hizo las observaciones no suscribió el acta de recepción de la obra el 7 de octubre del 2019 y las observaciones que fueron reclasificadas como menores.
El 23 de setiembre de ese año, ocurrió un primer aniego. La población de Cajamarquilla y Nievería se concentró para reclamar a Sedapal y al consorcio constructor porque las tuberías habían colapsado e inundaron sus viviendas.
Sedapal no respondió al llamado de este Diario para dar su versión.
Réplica
Jorge Ojeda, en representación del Consorcio Saneamiento Cajamarquilla, afirmó que las obras se hicieron respetando las especificaciones técnicas y que las observaciones de Sedapal fueron subsanadas.
“En el 2019, la entidad realizó observaciones menores (ninguna mayor) que fueron levantadas en su totalidad, y algunas derivaron en pruebas complementarias que Sedapal indicó que debían ser realizadas de acuerdo con las especificaciones técnicas de las obligaciones contractuales”, indicó.
—Obras sin protocolos de seguridad —
Este Diario visitó la zona alta de Paraíso de Cajamarquilla, pudo constatar que personas sin cumplir con las medidas de seguridad vienen instalado tuberías de desagüe que están expuestas, en algunos casos abandonadas que pone en riesgo a los pobladores quienes transitan en dichas arterias.
Vecinos de la zona manifestaron que están preocupados por dichos trabajos que son realizados por personas que no se identifican, las coordinaciones las realizan con los dirigentes vecinales, temen que se produzca un accidente mayor.
Actualización
El gerente general de Sedapal, Richard Acosta, informó que las obras generales y secundarias de agua y alcantarillado del esquema Cajamarquilla, Nieveria y Cerro Camote fueron financiadas por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Luego de una licitación pública internacional, se suscribió el contrato de ejecución del proyecto con el Consorcio Saneamiento Cajamarquilla; la supervisión estuvo a cargo de la Empresa CES.
Indicó que, durante el proceso de recepción, el comité encargado de recibir la obra identificó observaciones y las tipificó como menores, “lo que no impide el funcionamiento del sistema”.
Las obras, desde el 2019, son administradas por Sedapal y no presentan problemas en su funcionamiento.
“No se puede comparar lo acontecido en el caso del año 2019 en SJL donde, la obra no fue convocada ni supervisada por Sedapal, al caso de las obras del esquema Cajamarquilla, Nieveria y Cerro Camote, respecto de las cuales toda gestión y control contractual estuvo a cargo de Sedapal, con el apoyo del BID como entidad cooperante”, indicó Acosta.
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