(Foto: Difusión)
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Oscar Paz Campuzano

La iniciativa privada que busca construir un terminal de cruceros en la bahía de Miraflores dio un paso en su ejecución en noviembre del año pasado cuando obtuvo viabilidad técnica por parte de la Autoridad Portuaria Nacional (APN), entidad adscrita al Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Sin embargo, no todos los vientos han soplado a favor de este proyecto.

La empresa proponente es Terminal de Cruceros Bahía de Miraflores S.A.C. El pasado 12 de febrero, esta firma remitió un documento a la Autoridad del Proyecto Costa Verde (APCV), organismo descentralizado de la Municipalidad de Lima, informándole sobre el visto bueno de la APN.

Al día siguiente, la APCV le respondió a la empresa que la resolución de la APN que da viabilidad al proyecto “carece de eficacia, puesto que la Municipalidad Metropolitana de Lima es la única entidad competente para modificar la zonificación y los usos del corredor ribereño de la Costa Verde”.

—Dominio sobre el mar—

Edgar Patiño, presidente de la APN, anunció la semana pasada que el terminal “ya está en proceso y se espera que esté construido en el 2021”. Se edificaría a la altura de la bajada San Martín y contaría con dos muelles, un puente de acceso e infraestructura de embarque.

José Larco Pedraza, gerente de la firma proponente, dijo que en estos momentos el expediente técnico está siendo revisado por los especialistas de la Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra.

El documento –dijo– lo está estudiado también una consultora norteamericana especializada en este tipo de infraestructura.

“La Autoridad del Proyecto de la Costa Verde nos ha indicado que el terminal no procede, pero la autoridad la tiene la APN y la Marina, según la norma”, indicó Larco.

El alcalde de Miraflores, Jorge Muñoz, rechaza “totalmente” el proyecto porque no es compatible con el plan maestro de la Costa Verde y negó que la APCV carezca de competencias en este asunto. “¿Dónde se sufrirán los impactos? En la costa. Con Miraflores tampoco hubo ningún tipo de coordinación”, indicó.

—Impacto ambiental—

La posible afectación del medio ambiente también es un asunto que se discute. Jorge Arbulú, integrante de Cómo Están las Olas, grupo que reúne a tablistas de la Costa Verde, dijo: “Un terminal de esas dimensiones requeriría de cortaolas y afectará el ciclo del arenado y desarenado de las playas”.

El oceanógrafo Darwin Loarte afirmó que este terminal “erosionará la línea de costa, lo cual puede ser mitigado con alimentación de arena”. Además, dijo que el curso de las olas se alteraría. Este es un reclamo también de los tablistas.

Según el alcalde Muñoz, con el terminal se estaría privando a los ciudadanos de esta parte de la playa. Reconoció, sin embargo, que el área debe ser mejorada.

Sobre la alteración de la rompiente, Larco, representante de la empresa que propuso el proyecto, indicó que el terminal se ubicará a un kilómetro de la zona cedida a la Federación Nacional de Tablistas.

Larco agregó: “Este proyecto de US$80 millones contará con su estudio de impacto ambiental. Si la tramitología lo permite, estimamos que en dos años y medio el terminal estará construido”.

Para el vicepresidente de la Cámara Nacional de Turismo, Luis Guillermo Sicheri, si cuenta con todos los permisos y no daña al medio ambiente, este terminal será una oportunidad para que Lima, una de las pocas capitales con mar, le saque provecho al creciente mercado del turismo en cruceros.

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