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Alameda de la avenida 28 de Julio,Cercado de Lima,Luis Castañeda Lossio,Municipalidad de Lima,
Juan Guillermo Lara

Luego de casi tres años de espera, cambios en la fecha de entrega y algunas irregularidades, el miércoles finalmente la Municipalidad de Lima (MML) entregó a la ciudad la alameda de la Av. 28 de Julio, obra que forma parte del proyecto del ‘by-pass’ que se edificó bajo esa vía.

La construcción del paso a desnivel y de la alameda se inició en marzo del 2015 y fue anunciada como la obra emblemática de la tercera gestión del alcalde Luis Castañeda Lossio.

En aquel entonces, Jaime Villafuerte, gerente de Promoción de la Inversión Privada de la comuna, aseguró que las obras culminarían a fines del 2016. En abril de ese año, se abrió el tránsito por el ‘by-pass’. Sin embargo, la alameda quedó abandonada debido a que el Ministerio de Cultura presentó observaciones a la construcción de una pasarela elevada, que se había incluido en el diseño, pese a que esa es una zona monumental desde 1972.

La pasarela, que conecta el Campo de Marte con el Parque de la Exposición, incluye 3.000 m2 de áreas verdes, piletas ornamentales con luces LED, pequeñas palmeras y bancas.

Como parte de las obras, en diciembre del año pasado, la municipalidad pintó de dorado cuatro esculturas ubicadas en la antigua alameda de 28 de Julio. En una entrevista previa con El Comercio, la directora de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura, Leslie Urteaga, aseguró que existe un proceso sancionador contra la comuna, pues actuó sin autorización.

“Voy a averiguar y cuando sepa le digo”, fue la respuesta de Castañeda al ser consultado por este Diario, el último martes, sobre quién atentó contra las efigies

Las estatuas que se habían pintado de dorado ahora lucen con un color semejante al original. Estas fueron instaladas en la pasarela. Se trata de las efigies de Víctor Raúl Haya de la Torre, Pedro Huilca, Miguel de Cervantes Saavedra y José Carlos Mariátegui.

—Críticas—
Vecinos y conductores denunciaron que el ‘by-pass’ no ha solucionado el tráfico en la zona, sino que este se ha trasladado a otras vías como Paseo Colón, Garcilaso de la Vega o Washington. Además, durante las obras de la alameda, los peatones tuvieron que movilizarse por un estrecho y sucio pasaje.

Para Julio César Castiglioni, experto en temas municipales, la comuna de Lima “tiene la mala práctica de entregar las obras por partes y ello genera problemas y confusión a los vecinos”.

Cuando se iniciaron las obras del ‘by-pass’ y la alameda, a cargo de OAS, la municipalidad informó que todo tendría un costo de US$58 millones, dinero que fue transferido del fideicomiso destinado para el proyecto Río Verde. El regidor de oposición Hernán Núñez denunció ayer que hasta ahora la comuna no ha precisado el monto exacto invertido.

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