ALBERTO VILLAR/GERARDO CABALLERO
(Nota publicada el 13 de octubre de 2009)
La multitudinaria despedida del domingo a Arturo “Zambo” Cavero escondió un hecho que tal vez muchos pasaron por alto. Durante el responso en el Patio de Honor de Palacio de Gobierno, los funcionarios, militares e invitados que se hallaban allí cantaron el himno nacional, pero con una ligera y sorpresiva variante: en lugar de la primera y conocida estrofa, que interpretaron a viva voz los que vieron el homenaje desde la Plaza de Armas, estos optaron por entonar la sexta. (Vea aquí las estrofas aludidas)
Más allá de la anécdota, lo cierto es que con esta acción el Gobierno respaldó lo dispuesto por el ministro de Defensa, Rafael Rey, quien semanas atrás ordenó a las Fuerzas Armadas entonar en sus actos oficiales la sexta estrofa en lugar de la primera. Esto había ocurrido ya públicamente el 24 de setiembre, Día de las Fuerzas Armadas, y se repitió el pasado jueves 8, en el homenaje a Miguel Grau en el Callao. Casi dos siglos han pasado desde que el himno fue entonado por vez primera en la voz de Rosa Merino, pero hasta ahora el debate sobre la originalidad y el espíritu de la composición que se canta en colegios, ceremonias y estadios sigue encendido. ¿La primera estrofa realmente la escribió José de la Torre Ugarte o se trata de una letra apócrifa?
HABLAN LA HISTORIA Y LA LEY
Para responder a esta interrogante hay que remontarse a la historia. El 26 de febrero de 1913, el gobierno de Guillermo Billinghurst declaró “oficial e intangible” la letra y música del himno nacional a través de la Ley 1801.
En esta norma se incluye como primera estrofa la conocida “Largo tiempo el peruano oprimido…”. Sin embargo, en una carta del 8 de junio de 1863, pero que se dio a conocer recién en 1921, José Bernardo Alcedo, autor de la música del himno, confirmó que la letra de De la Torre Ugarte había sido cambiada. “Conservo los versos originales de su misma mano —escribió—, los que he sabido que los han variado”.
Pese a ello, y a los numerosos intentos del Gobierno de modificar la Ley 1801, esta continúa vigente hasta nuestros días. No obstante, en el 2005, el Tribunal Constitucional (TC) confirmó, con el respaldo de documentos y la voz de expertos consultados, que se trataba de una primera estrofa apócrifa, extraída posiblemente de una marcha militar, pero que había formado parte durante mucho tiempo de la tradición del país y debía mantenerse así salvo que el Congreso decidiera cambiarla.
EL ESPÍRITU DE UN PAÍS
Dejando a un lado el tema legal, ¿qué sentimientos despierta la primera estrofa que hoy cantamos? ¿Es acaso una invocación subliminal al pesimismo o a un antiguo, pero familiar síntoma de derrota? En la sentencia del 2005, el TC consignó las opiniones de las comandancias generales de la Marina de Guerra y la Fuerza Aérea, así como de la asesoría jurídica del Ministerio de Defensa, las cuales rechazaron la primera estrofa por no estar incluida en la obra original.
Tras ello, pidieron su eliminación. Este parece ser el respaldo de Rafael Rey y, ciertamente, de muchos peruanos, pero algunos especialistas opinan distinto. Irina Ávila, educadora e investigadora de la Universidad Católica, considera que el sentimiento patriótico va por encima de los significados de la palabra.
“En el caso de los alumnos de colegios, este sentimiento, además, es heredado de los padres y para ellos será difícil aceptar un cambio que provenga de las escuelas”, añade. En su opinión, un cambio de esta naturaleza tendría que ser sometido a una consulta popular y no debe ser decidido por una élite.
En tanto, el historiador Iván Millones sostiene que el himno recogió entonces la tradición popular y, gracias a ello, pudo convertirse, finalmente, en un símbolo patrio oficial. “No creo que los versos de la primera estrofa sean ofensivos, porque lo que retrata es esa época [Independencia], el paso de un país hacia la libertad”, subraya.
Para el comunicador Martín Santiváñez, la primera estrofa sí afecta al peruano, pero “es solo una de las aristas que han creado esa visión lastimera que tenemos”. Y agrega: “Desde siempre, los peruanos creemos que hemos sido una cultura que no ha podido avanzar por otros factores”.
MÁS DATOS:
¿Cuándo lo escribió?
El 7 de agosto de 1821, el Gobierno invitó a profesores, compositores y aficionados a escribir una marcha nacional. Esta primera convocatoria no obtuvo respuesta alguna, pero en una segunda se recibieron siete composiciones.
Los niños y el himno
Un decreto del 13 de abril de 1822 señala: “Desde el 21 del que rige, concurrirán los niños de todas las escuelas a la plaza de la Independencia todos los domingos a las cuatro de la tarde a cantar la marcha nacional del Perú, que por ahora se ha adoptado, cuidando los maestros de que la ejecuten con el mayor decoro y propiedad”.