Según dos fuentes del Departamento de Explosivos Forense de la Dirección de Criminalística (Dircri), los policías que trabajan en esa área lo hacen en oficinas hacinadas y sin las condiciones adecuadas para guardar los explosivos que analizaban.
Fue en ese lugar ubicado en el sótano del Complejo Policial Sargento Walter Rosales, en la cuadra 4 de la Av. Aramburú, en Surquillo, donde se produjeron cuatro explosiones seguidas el último lunes.
“La oficina es de 30 metros cuadrados y fue dividida en dos con un drywall, que es material inflamable. No debimos trabajar ahí porque era peligroso”, sostuvieron las fuentes.
El Comercio consultó al jefe de la Dircri, general Manuel Pacheco, respecto al lugar donde se mudarán. Este dijo no saberlo aún, pero afirmó que será en las condiciones de temperatura adecuadas como lo recomendó el jefe de la UDEX, comandante Mario Machado.
“No puedo decir quiénes han sido los responsables. A esa hora no había nadie en la oficina. Estamos avanzando en las investigaciones. Hemos avanzado un 70% los peritajes”, refirió el general.
El día de los estallidos, el ministro del Interior, Daniel Urresti, sostuvo que las explosiones se originaron por la acumulación de gases de los explosivos.