Opinión: La Haya y la Costa Verde

Después de leer la reveladora Mesa Redonda de El Comercio sobre la Costa Verde (25.01.14), un amigo abogado me comentaba que habría que pedirle a la corte de La Haya que fallara cuál mar de la Costa Verde corresponde a los distritos y cuál al manejo de Lima-Callao. Ello en respuesta al limbo en que esta se encuentra. Asistieron a la Mesa Redonda los alcaldes de Miraflores y San Miguel, representantes de Barranco, el presidente de la Autoridad del Proyecto Costa Verde (APCV), el presidente de Emape y el suscrito.

En primer lugar, llamó la atención la ausencia de Chorrillos, San Isidro y Magdalena. Era una oportunidad clave para decir “esta boca es mía”. Se comentó ahí que a las pocas reuniones convocadas por Lima nunca asisten Chorrillos y San Isidro. Pues bien, mayor evidencia para concluir que la APCV, tal y como está concebida, ya no funciona. Basta la ausencia de 2 o 3 alcaldes para que saboteen cualquier acuerdo. Pero eso sí, cada alcalde hace en su terreno de la Costa Verde lo que le da la gana.

También quedó claro que el municipio metropolitano tampoco ha ejercido un efectivo liderazgo. Cinco presidentes de la APCV en 3 años es una señal de no saber adónde ir.

Por primera vez escuchamos a una autoridad señalar que sin una alianza público-privada no es posible el desarrollo de ese gran espacio metropolitano.

Creo que no me equivoco al decir que todos coincidían en una imagen de una Costa Verde de uso público irrestricto, con playa descontaminada en todo el litoral. Desde Chorrillos hasta La Punta. Como parte de una recuperación costera, desde Pucusana hasta Ancón. Con 100 metros de arena y un malecón a lo largo de todo el borde del mar. Llegar en una vía de tres carriles por sentido, con transporte público, privado en teleférico o funicular. Disfrutar de parques zonales, deportes náuticos y un acuario en la parte baja, cualquier día del año, y tener 5 o 6 instalaciones iguales o mejores que Larcomar, que incluyan vivienda y turismo. ¿Alguien puede estar en desacuerdo?

Puede costar US$500 millones y US$1.000 millones. La pregunta clave es: ¿Cómo se hace? Eso se llama gestión. Que es precisamente el mal endémico de la Costa Verde.

El Gobierno acaba de aprobar US$6.500 millones para la línea 2 del metro que unirá Lima y Callao. ¿Por qué no asociarlo a la puesta en valor del espacio público más importante del Perú? Llevarle al Ejecutivo una presentación impecable del proyecto final que no le deje lugar a dudas que le conviene subirse a ese barco.

Definitivamente, el futuro de ese espacio público no puede estar sujeto a la inconsistencia de siete alcaldes (con alguna excepción) que no tienen el menor interés en desarrollarlo.
 
Lo mejor que la actual gestión metropolitana podría hacer es dejar listo un  plan maestro consensuado, un nuevo diseño legal de la APCV, grandes proyectos identificados e inversión público-privada comprometida. Así la sociedad civil podría exigirle a la siguiente administración cumplir definitivamente esa hoja de ruta.