El caso Gerald Oropeza es un libro abierto que trae sorpresas en cada página. El desparpajo con que se movía, su apabullante ostentación de riqueza, la increíble indiferencia de la policía y su relación con el Partido Aprista vislumbran que apenas estamos sobre la punta del iceberg. Basta que se escarbe un poco más para que la podredumbre empiece a aflorar a chorros.
Hay un nombre, sin embargo, sobre el que es necesario poner foco: la ‘Ndrangheta. No, no es uno de esos platos extraños que sirven en los restaurantes de fusión o un nuevo medicamento para la gripe. Se trata de una de las organizaciones criminales más importantes del mundo, con la cual Oropeza habría estado trabajando bajo un esquema de tercerización.
Según la policía, Oropeza se encargaba de conseguir la droga (que era traída desde el Vraem) y la ponía en el puerto. Allí, uno de sus cómplices apodado ‘Caracol’, se encargaba de enviarla hacia Europa con la complicidad de estibadores y otros trabajadores portuarios.
Nacida en Calabria, al sur de Italia, se cree que la ‘Ndrangheta tiene presencia en unos 30 países. Una investigación del instituto italiano Demoskopika, citada por el diario “ABC” de España, da cuenta de que en el 2013 tuvo ingresos por unos 56 mil millones de dólares, un poco más del 3,5% del PBI de Italia o alrededor de la cuarta parte de lo que produce el Perú en un año.
Sus negocios son diversos: van desde los ‘tradicionales’ como la comercialización de drogas y el proxenetismo, hasta la venta de armas, la construcción y el tráfico ilegal de basura.
A diferencia de lo que el cine o la televisión nos han mostrado sobre la forma como realizan sus negocios, estas mafias tienen una organización cercana a la de cualquier gran corporación, en la que, como es obvio suponer, se busca maximizar la ganancia a toda costa.
Ya Roberto Saviano, en “Gomorra”, había dado cuenta de ello y de cómo estas organizaciones se mimetizan en el mundo formal a fin de blanquear sus ingresos ilegales. Uno de los casos más delirantes descritos por el autor italiano está referido al hermoso traje de raso blanco que la actriz Angelina Jolie luciera en una gala de los Óscar años atrás. Según Saviano, su autor no fue algún conocido diseñador, sino Pasquale, un hábil costurero que trabajaba en una fábrica textil clandestina de Arzano, en Nápoles.
Esta incursión en el mundo ‘legal’ no significa que la ‘Ndrangheta haya abandonado la muerte para alcanzar sus fines. Al contrario, se la considera de una de las mafias más despiadadas de Italia. El salvaje asesinato de Patrick Zapata, el amigo de Oropeza, parece ser una muestra de ello.
Ayer este Diario publicó una encuesta de Ipsos que indicaba que el 73% de limeños se siente inseguro. Si antes se decía que los delitos menores abonaban a este clima de miedo, hoy, como señala César Bazán del Instituto de Defensa Legal, el sicariato y el narcotráfico han pasado a ser factores relevantes.
Vivimos un momento extremadamente delicado. El riesgo de que el país caiga envuelto en una espiral de narcoviolencia sin retorno es altísimo. Ojalá seamos conscientes de tamaño peligro.