El panorama inicial no fue el ideal. A solo minutos de ser inaugurado el paso a desnivel del óvalo Monitor Huáscar, alrededor de las 7:30 a.m., empezó a registrarse en la Av. Javier Prado congestión de vehículos. Imágenes captadas mostraban cómo los autos se cerraban el paso, ya que algunos no sabían si ingresar o no a la nueva vía o no se percataron de la disminución de carriles.
Con el pasar de las horas, y la reducción de la carga vehicular, la situación mejoró. Para las 9:30 a.m. los vehículos circulaban con mayor libertad. A las 6 p.m., en plena hora punta, no se observó gran congestión. No obstante, aunque este proyecto busca aliviar la intensa congestión en el ingreso y la salida de La Molina, especialistas opinan que lo que hace es trasladar el problema a las siguientes intersecciones. Opinan que a largo plazo la obra no cumplirá su función.
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“Esta es una obra emblemática de la Municipalidad Metropolitana de Lima, beneficia a más de 500.000 vecinos de La Molina, Santiago de Surco, San Luis, San Borja y Ate Vitarte. El paso a desnivel va a ahorrar entre 20 y 30 minutos de viaje a quienes se dirigen de San Isidro a La Molina, y viceversa, en hora punta”, dijo a El Comercio José Buleje Guillén, gerente de Emape.
El especialista recalca que este viaducto, al captar el 85% de la carga vehicular, elimina la congestión en la Javier Prado causada por el ingreso de vehículos provenientes de las avenidas Las Palmeras y El Golf.
Al ser consultado sobre el tráfico registrado ayer luego de la inauguración de la obra, Buleje señaló que este se dio debido a que en la parte baja del viaducto ya había una cola de vehículos procedente del trébol.
“Es obvio que al abrir la circulación vial, los vehículos que bajan a través del viaducto iban a encontrar este atoramiento, no generado por la obra, sino por el acumulamiento de vehículos desde el trébol”, indicó.
Juan Carlos Dextre, ingeniero civil de la Pontificia Universidad Católica del Perú, opina que si bien el viaducto tiene la capacidad de descongestionar el óvalo Monitor Huáscar, puede generar colas de vehículos en las intersecciones cercanas a las obras.
“Por ejemplo, con este viaducto se desatora un poco el tráfico en el óvalo Monitor; por lo tanto, más vehículos llegarán a San Isidro. Pero como las vías en San Isidro no han cambiado, siguen teniendo la misma capacidad. Esta mayor cantidad de autos provocará colas más grandes de vehículos en las intersecciones. Si lo vemos para La Molina, ocurrirá lo mismo”, sostiene.
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Asimismo, el especialista comenta que otro efecto colateral es el aumento de vehículos, pues autos que circulaban por otras rutas van a optar ahora por la nueva infraestructura. “Eso se observa cada vez que se hace una obra de este tipo”, recalca.
Para David Fairlie, ingeniero de tránsito y consultor de la asociación Cruzada Vial, otra desventaja de la obra es el entrecruzamiento que puede haber entre los vehículos que salen del Jockey Plaza y los que vienen del trébol.
“Habrá fricción entre los vehículos que cambian de carril, ya sea aquellos que van por el trébol, y no quieren ingresar al viaducto, o los que salen del Jockey Plaza o entran desde la Panamericana Sur y sí desean ir por el ‘by-pass’”, dijo.
Buleje admite que todavía hay puntos que se deben subsanar. Según indicó, el viaducto del óvalo Monitor es el primero de tres que se construirán para descongestionar la Av. Javier Prado. Los otros dos estarían a la altura de las avenidas Los Frutales y La Molina.
Él recalca que el óvalo Monitor a la fecha tiene la capacidad de soportar 30.000 vehículos diarios. No obstante, afirma que hacia el 2039, con los tres viaductos, soportaría 150.000.
Dextre, por su parte, opina que la construcción de infraestructura y más viaductos no es la solución. “Si queremos una ciudad con mayor movilidad, en realidad no debemos apostar por más infraestructura para autos, sino concentrar los esfuerzos en mejorar la red del transporte público”, enfatizó.
El exalcalde de Lima, Jorge Muñoz, concuerda que se debe desincentivar el uso de los autos, pero indica que hay una realidad que no se puede esconder: Lima requiere mayor infraestructura vial.
“Lima es una ciudad viva, donde hay crecimiento, donde los autos se siguen comprando. [...] Esto no termina acá, en definitiva hay que hacer algunas obras más, pero es parte de la necesidad de infraestructura que tiene Lima. Este nuevo viaducto, es un paso importante”, manifestó.