Pacientes del INEN: “El baile nos recuerda que estamos vivas”
Pacientes del INEN: “El baile nos recuerda que estamos vivas”
Luis Silva Nole

El salón más amplio de la sede que la cadena de gimnasios Gold’s Gym tiene en Higuereta, en Surco, suele ser a diario una fuente de energía. Pasos de step y movimientos aeróbicos son el común denominador en esta área llena de espejos que transmiten, en vivo y en directo, a los esforzados deportistas –, profesionales, oficinistas, estudiantes o amas de casa– sus películas particulares que bien podrían titularse “Querer es poder” y cuyo argumento no sería otro que el reto de bajar de peso y mantener la buena salud.

Sin embargo, cada sábado, desde las 2 p.m. y durante dos horas, ese paraninfo de la esbeltez emite aún más energía y se transforma en un templo de vida: una treintena de mujeres, varias de ellas con poco cabello debido a necesarias pero más que incómodas quimioterapias, se mueven en fascinantes danzas guerreras disfrazadas de huarachas con toques de pop, para sacarle la lengua al cáncer y decirle, con todas sus fuerzas, que no se rinden. Se trata del programa gratuito Báilale a la Vida, que se desarrolla en ese local desde agosto del 2013 y que en buena cuenta, según especialistas del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (), es una terapia física y emocional que ayuda a contrarrestar corpórea y anímicamente los embates del cáncer.

Las participantes de Báilale a la Vida con la ex Miss Perú Paola Dellepiane y el instructor de baile Omar Portillo. (Foto: Luis Silva Nole / El Comercio)

Bailan con garbo, estilo, fuerza y entusiasmo. Mujeres que superaron el cáncer y otras que lo están padeciendo tejen con sus pasos de baile una red vital, construyen un ejemplo de resistencia a la adversidad. “El baile nos recuerda que estamos vivas. Nos desestresa, nos da energía”, refiere Mercedes Palomino García Milla, de 62 años y quien acude periódicamente a sus controles en el INEN. Un cáncer de mama ya superado, como ella misma dice, y una mastectomía radical izquierda (extirpación del seno izquierdo) que marcó para siempre su cuerpo pero que no ha hecho mella en su alma, la golpearon, pero no la sacaron de la pista de la vida, y cada sábado lo demuestra. “Cada control es un temor latente a que el cáncer vuelva surgir. Espero los resultados rezando. Pero el baile me ayuda a disiparme y, pase lo que pase, nunca dejaré de bailar”, afirma Mercedes.

El programa surgió de la unión de esfuerzos e ideas del INEN, Gold’s Gym y By People, entidad sin fines de lucro dedicada a apoyar a pacientes con cáncer.  Al principio el programa solo congregaba a tres pacientes. Actualmente, ya tres decenas de beneficiarias, busca la colaboración de empresas que puedan ayudar con la indumentaria deportiva de las bailarinas ya que muchas de ellas son de escasos recursos y no cuentan con la ropa y el calzado ideal para bailar. Pero pese a las limitaciones, siguen adelante.

SON GUERRERAS

Milagros Tincahuallpa Meza, de 49 años, sabe lo que significa padecer cáncer de mama y a los ganglios: privaciones, dolores, sufrimiento y miedo a la muerte. Sin embargo, encontró en Báilale a la Vida el equilibrio ansiado para, incluso, retomar su carrera de cantante de orquesta, interrumpida abruptamente por un diagnóstico oncológico que en un inicio ella sintió como un balazo. “Cuando te dicen que tienes cáncer, el sufrimiento es inevitable. Eso es el duelo. Luego viene la etapa de aceptación. Y ahí me ayudó la música, que me atrae demasiado. Bailar con otras pacientes después de mis radioterapias me brinda energía. Me levanta el ánimo. Fortalece mi cuerpo y me entona para cantar en la orquesta por la noche. Sé que voy a salir adelante de esto, por mis hijos, por mis padres”, manifiesta Milagros.

Cuando el programa se inició, Katerina Barreto no tenía cabello. Las quimioterapias se lo habían robado, pero bailaba con esmero y ritmo contagiante, tal como lo sigue haciendo ahora, con su cabello rizado, largo y negro azabache. “A mí siempre me gustó hacer ejercicio, y eso no iba a cambiar por el cáncer de mama. Después de mis quimioterapias ni siquiera toleraba alimentos. Pero no faltaba a mis sesiones de baila, y ahora estoy como nueva”, dice Katerina, quien hace un tiempo se sometió a una mastectomía radical derecha.

Ritmo, garbo, energía, frenesí, vida, lucha. Así se puede resumir Báilale a la Vida. (Foto: Luis Silva Nole / El Comercio)

También participan en el programa, entre otras damas que han sufrido o sufren cáncer de mama, Carmela Mejía Victoria, de 47 años; Luz Maribel Espinola, de 45; Rosa Rodas Solano, de 31; Lupe Díaz Cuñañay, de 30; y Maura Conchuco Roque, de 44.

Para Omar Portillo Ramos, instructor encargado de impartir las clases de baile del programa, la danza ayuda a las pacientes a aprovechar mejor el oxígeno para realizar todas sus actividades. “Esta no es cualquier clase. Acá hay que sonreír siempre para levantar el ánimo. Las sonrisas mía y de ellas son fundamentales”, asegura el profesor.

La jeja institucional del INEN, la doctora Tatiana Vidaurre, sostiene que Báilale a la Vida forma parte de la intervención integral transdisciplinaria que impulsa el INEN a través del Plan Esperanza y con sus aliados de la sociedad civil para lograr no solo la recuperación médica del paciente, sino también su bienestar emocional. “Buscamos que el paciente armonice con su familia, mente, alma y entorno social para que pueda reinventar su vida y tenga un tránsito amable por la enfermedad. Que entiendan que con cáncer también se puede vivir bien y con calidad de vida", refiere Vidaurre.

El baila llena de energía y vitalidad a las pacientes con cáncer. Las sesiones son sabatinas. (Foto: Luis Silva Nole /El Comercio)

INVITACIÓN DE UNA REINA

La ex Miss Perú 1995 Paola Dellepiane, conocida activista por las causas de la lucha y la prevención contra el cáncer, participó en varias sesiones de Báilale a la Vida. La ex reina de belleza, de 38 años y madre de dos pequeños, conoció el cáncer de cerca porque su madre y su hermana lo padecieron. Lleva viviendo 17 años en Estados Unidos, donde se sometió a estudios genéticos, los cuales determinaron que tenía altas probabilidades de padecer de cáncer. Valientemente, en el 2013 tomó la decisión de realizarse una doble mastectomía (le extirparon los dos senos) y una histerectomía (procedimiento quirúrgico por el cual es extirpado el útero o parte de él) para prevenir la enfermedad. 

“Recomiendo a todas las personas que sufren cáncer, especialmente a las mujeres que padecen cáncer de mama, que aprovechen los beneficios de este programa de baile. La danza no solo levanta el ánimo, también combate el miedo”, señala Paola, quien luego de que se le practicara una reconstrucción estérica de sus senos llegó a ser segunda finalista, representando al Perú, en el certamen Señora Mundo 2014 llevado a cabo en Maryland, Estados Unidos.

"El baile combate el miedo", dice la reina de belleza Paola Dellepiane. (Video: By People)

INSCRIPCIONES

El programa Báilale a la Vida también se ejecuta, siempre de manera gratuita, en el local de Gold’s Gym de Jesús María los sábados desde las 3:45 p.m. y por una hora. El programa también está abierto a varones que sufren o han sufrido cáncer. Todo paciente que quiera participar en Báilale a la Vida puede llamar al 243-3100, comunicarse al correo o ingresar a la web .

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