Entre enero y octubre de este año, más de dos millones y medio de tarjetas de crédito bancarias han sido activadas en el país, según la Asociación de Bancos del Perú (Asbanc). Al acercarse las fiestas navideñas, el ‘dinero plástico’ tiene mayor presencia debido a compras, pagos y retiros que realizan los limeños. La policía advierte que lo que también se incrementa por estos días –hasta en un 40%– son las denuncias por clonación de estas tarjetas.
Solo la División de Delitos de Alta Tecnología (Divindat) de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) de la PNP reporta entre 25 y 30 denuncias al mes por delito informático contra el patrimonio o clonación de tarjetas. Pero esta cifra puede ser aun mayor, pues no contempla las denuncias que recibe la Divincri de Miraflores, unidad que también cuenta con un Departamento de Alta Tecnología, señala el mayor de la Divindat Juan Moretti Gonzales.
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— El Comercio (@elcomercio) noviembre 4, 2015
Asimismo, asegura el oficial, existen más casos pero no son registrados porque, pese a haber sido víctimas de una clonación, muchas personas recuperan el dinero con el seguro que el banco les ofrece. “Cuando recobran su dinero, ya no presentan la denuncia”, señala Moretti El Comercio.
PENAS Y DETENIDOS
Si bien las cifras de denuncias son altas, las personas que purgan prisión por este delito solo suman 10 en lo que va del 2015. El mayor Moretti explica que para detener a un clonador se necesita flagrancia de delito o una orden judicial. Las cámaras –agrega– serían de gran ayuda para las investigaciones, sin embargo, señala que una de las deficiencias que tienen los bancos es la falta de cámaras de seguridad en algunos cajeros. Hoy en Lima y Callao hay 4.738 cajeros.
La ley de delitos informáticos tipificada en el Código Penal sanciona con penas de entre tres y ocho años de prisión a los clonadores de tarjetas, además de 60 a 120 días multa. Estos delincuentes son definidos como “quienes deliberada e ilegítimamente alteran, borran o clonan datos informáticos”.
La ley también contempla sanciones más severas de entre cinco y 10 años cuando existen agravantes. Por ejemplo, cuando se afecta el patrimonio del Estado como fondos con fines asistenciales o programas sociales.
MODALIDADES
-‘Skimmer’-
Esta modalidad se da en establecimientos comerciales donde se emplea un aparato de punto de venta (POS, por sus siglas en inglés) como medio de pago. En este caso, son los malos trabajadores reclutados por organizaciones criminales los que utilizan un dispositivo (‘skimmer’) para guardar los datos de la banda magnética de las víctimas. El mal empleado pasa la tarjeta por el POS, pero también lo hace –de forma rápida y sin que el cliente se dé cuenta– por el ‘skimmer’. Al realizarlo, ya tiene toda la información de la tarjeta que luego es vaciada a una computadora y, posteriormente, copiada a una tarjeta en blanco.
-Colocación de dispositivos-
El robo se registra en cajeros automáticos, sobre todo en aquellos que están alejados de las zonas céntricas. Los delincuentes colocan cámaras y una memoria para grabar la banda magnética en los cajeros de forma artesanal. Lo sobreponen con una armadura idéntica a la máquina por donde ingresa la tarjeta. Una vez que el cliente usa el cajero, todo queda registrado. A los delincuentes solo les cuesta unos cuantos minutos sacar los equipos de adulteración de los cajeros.
-Delivery-
Estos casos se presentan cuando se realizan compras online. La clonación de las tarjetas la realizan los trabajadores de los establecimientos que previamente han sido captados.
Ellos llegan al domicilio de la víctima y aquí emplean dos alternativas: tienen un ‘skimmer’ escondido (al igual que en la primera modalidad) o llevan consigo dos POS, y simulan que uno no funciona para utilizar otro que está alterado. Así obtienen la información que luego es descargada en una tarjeta en blanco.
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