A puertas del 28 de julio, El Comercio conversó con los instructores y entrenadores de los perros miembros de la Policía Canina, quienes formarán parte de la Parada Militar. Esta unidad de la PNP, ubicada en El Rímac y creada el 29 de agosto de 1961, cuenta con más de 60 años de existencia. Hoy, con 60 canes a disposición, los efectivos revelan cómo encontraron a estos perros y el proceso de entrenamiento que siguen para ayudar a capturar delincuentes y resolver crímenes.
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El comandante de la PNP y encargado desde enero de este año de la Unidad de la Policía Canina Nacional, Carlos Chang Flores, dijo a este diario que la gran mayoría de los 40 machos y 20 hembras de la sede han sido donados por familias que ya no podían cuidar a sus mascotas en casa, por lo que los trajeron y fueron recibidos. “Han venido de todos los distritos de Lima y de todos los departamentos del Perú. Los canes pasan por dos evaluaciones: la médica y la de campo”, dijo.
“Aparte de los efectivos, contamos con dos veterinarios, quienes revisan si el can no tiene alguna lesión o hueso roto. Una vez pasada la revisión médica, sigue la evaluación de campo, donde los instructores ven si el perro tiene buena destreza y habilidades para ser parte de la Policía Canina. Luego de ello, se determina si son designados como efectivos policiales”, agregó.
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El comandante Chang precisó que son dos cursos los que llevan los perros: de capacitación (mes y medio) y el de especialización (3 meses). En total, hay seis áreas dentro de la unidad: Orden Público; Descarte de Sustancias Narcóticas; Descarte de Sustancias Explosivas; Búsqueda y Rescate de Personas Vivas; Búsqueda y Localización de Restos Humanos; y el Programa de Acercamiento a la Ciudadanía.
“Cada can tiene su especialidad. Nosotros amamos a nuestros perros, los efectivos ya están familiarizados con cada uno de ellos por todo el tiempo que pasan juntos y ya se han encariñado”, dijo. Añadió que, respecto a cómo se vienen preparando para el desfile, estarán presentes el 29 de julio desde las 4 de la mañana para que los perros puedan hacer todas sus exhibiciones.
Historia de los canes
Dentro de los 60 perros, uno de los más longevos es Mirlo, un labrador que pertenece al área de localización de personas. Él llegó hace siete años, luego de que una pareja le pidió a los efectivos que entrenaran a su perro. Sin embargo, lo dejaron ahí y jamás volvieron. Es ahí donde se formó el vínculo entre los policías y Mirlo, quien finalmente se quedó dentro de la Policía Canina y ha realizado rescates de personas en desastres naturales.
También se encuentra Tyron, quien llegó hace tres meses a la unidad. Es un Pastor Belga con nueve meses de nacido. Llegó siendo un cachorro, producto de una donación del General Jefe de la PNP Felipe Monroy, y así terminó especializándose en identificar explosivos y distintas sustancias.
Por otro lado, está Teddy, un Golden Retriever especializado en reconocer restos óseos. Él fue donado hace tres años y hasta el momento ha recuperado cuatro cuerpos enteros durante operativos policiales. El señor que lo donó era un adulto mayor de 75 años, quien le mencionó a los efectivos que ya no podía tenerlo en su casa, por lo que pasó un proceso de evaluación y finalmente se quedó.
Molly es una de los canes hembras de la Policía Canina. Ella es una labradora y llegó como una donación hace un año y cinco meses. Quien la llevó fue un señor con su hija desde Bellavista, Callao, ya que afirmaron que no podían cuidarla. Ahora ella es una de las expertas en reconocer sustancias explosivas.
Las demostraciones
Los instructores de los perros son el técnico de la PNP Jaime Mario Auccar Quispe y el superior PNP Carlos Vargas Huamán. En total, mostraron a este diario cuatro simulaciones que los perros suelen hacer durante sus entrenamientos.
En primer lugar, el can Mirlo demostró cómo actúa durante una simulación de un desastre natural donde una persona está atrapada en escombros. “El can con su olfato tiene que localizar a la persona que está bajo tierra. Como podemos ver, primero hace un barrido de toda la zona, luego olfatea, y cuando encuentra a la víctima, le avisa a sus guías mediante ladridos. Finalmente, nos acercamos y rescatamos a la persona herida (...). Esto es algo que pasa durante un siniestro. Lo que hacemos es que el perro reconozca el olor de una persona atrapada; es decir, los olores corporales del ser humano”, afirmó Carlos Vargas.
Posteriormente, Tyron demostró cómo realiza la búsqueda de sustancias narcóticas. Su guía también le ordena hacer un recorrido de toda el área, y empieza a buscar a través del olor, así es como llega a encontrar paquetes de marihuana. “Esto es posible gracias al uso de testimonios, son como sus juguetes, pero en realidad son objetos a los que les impregnamos el olor de alguna sustancia que queremos que el perro reconozca”, mencionó Vargas.
Luego Teddy hizo su exhibición, donde tuvo que detectar dónde se encontraba el olor de un cadáver. Lo más resaltante es que esta actividad la puede hacer totalmente a oscuras. Puede reconocer restos óseos, piezas dentales, putrefacción, cuero cabelludo, entre otros.
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Finalmente, Molly demostró cómo reconoce sustancias explosivas, actividad que hace en aproximadamente 10 segundos, tiempo que le sirvió para detectar una granada tipo piña encima de la llanta de un auto.