“Challapalca es el infierno en nuestro país”, narra Luis Vargas, periodista que ha investigado algunos de los casos policiales más macabros de los últimos años. Hace seis meses, visitó por última vez el penal de máxima seguridad Challapalca, que está ubicado a 4.800 m.s.n.m., entre Tacna y Puno, donde las temperaturas pueden alcanzar hasta los -20 °C y las cobijas parecen no ser suficientes para que los internos del recinto soporten el frío dentro de sus celdas de paredes gastadas y literas de cemento.
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Según información del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), 195 hombres están recluidos en el lugar. Del total, solo 30 tienen calidad de procesados, mientras que el resto cumple con una condena. En febrero de este año, Luis llegó hasta el penal para presenciar una actividad cívica que todos los lunes los internos cumplen. Ellos entonan el himno nacional, marchan y rinden respeto al Perú. No importa la nacionalidad o el idioma que hablen, igual deben acatar las órdenes.
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Como jefe de la escolta de internos de Challapalca está el neerlandés Joran van der Sloot, un asesino que le quitó la vida a dos mujeres. Natalee Holloway, fue su primera víctima. Ella desapareció en Aruba, en 2005. Cinco años después y muy lejos de la isla, en Lima, Stephany Flores perdió la vida a manos del extranjero. Por este caso lo condenaron a 28 años de prisión. Mientras cumplía la condena, extorsionó a la familia de Holloway pidiendo una gran suma de dinero a cambio de decirles dónde estaba su hija. La justicia estadounidense lo condenó a 20 años de cárcel por este delito y cumplirá su condena una vez que concluya la vigente en el Perú.
Vargas ha estado cara a cara con algunos de los delincuentes más peligrosos del país dentro del penal de Challapalca, también ha participado de sus traslados desde Lima hasta Tacna. Recuerda que a los primeros que siguió con el INPE, en marzo del año pasado, fue a los asesinos que participaron de la masacre en San Miguel. Le tocaba realizar un reportaje para el programa televisivo donde trabaja: Panorama.
“Ni siquiera el personal de Piedras Gordas 1 [Ancón 1] sabía del traslado”, cuenta. Ingresó con el Grupo de Operaciones Especiales (GOES) del INPE. Debían dar un golpe rápido sin levantar alarmas para evitar que los delincuentes oculten algún elemento que no deberían tener en sus celdas. Buscaban a los sicarios José Henry Preciado Alegría, alias Josesito, y a Fabricio Michael Vera Díaz, alias Bicho, responsables del asesinato de Israel San Román Doroteo, alias La Tota, y de toda su familia dentro de un auto en el distrito limeño de San Miguel.
Los “mataniños”, como él los reconoce, ahora comparten patio con criminales como Jhon Smith Cruz Arce, cabecilla de ‘Los Pulpos’, Hector Preto Materano, alias ‘Mamut’ y jefe de ‘Los Hijos de Dios’, Jordan van der Sloot, entre otros. Javier Llaque Moya, jefe del INPE ha indicado que Challapalca es una cárcel de régimen cerrado especial, es decir, los internos tienen de 2 a 4 horas de patio, poca posibilidad de visitas, no hay ningún tipo de señal y no tienen derecho a llamadas.
Un pasado accidentado
Aunque el penal de Challapalca, construido en 1997, se encuentra ubicado sobre la cordillera de los Andes, muy cerca de la frontera con Bolivia, el camino para llegar no es muy accidentado, resalta Vargas. El recinto es resguardado por personal del INPE al interior. En los exteriores un grupo especial de la policía vigila el perímetro y muy cerca hay una base militar. “Desde la Plaza de Armas de Tacna hasta allá son de 5 a 6 horas manejando”, agrega el periodista.
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Once años antes de que Vargas pise por primera vez el penal de máxima seguridad, 17 internos se fugaron. Según las páginas policiales de la época, el grupo tomó como rehenes a sus vigilantes y huyeron por la madrugada. En ese momento se informó que los delincuentes salieron a bordo de camionetas que esperaban por ellos en los exteriores, demostrando la coordinación del acto. La Policía Nacional del Perú y el Ejército llegaron hasta el lugar.
En 2018, un motín volvió a levantar las alarmas en el penal. Cuatro trabajadores del INPE fueron tomados como rehenes en manos de más de 20 internos que exigían que los reubiquen en otros penales. Además, también pedían que organizaciones defensoras de derechos humanos lleguen hasta el lugar porque denunciaron ser víctimas de tratos inhumanos. Producto de la gresca, uno de ellos falleció.
Temperaturas bajo cero
El periodista de Panorama afirma que la vida dentro del penal es diferente, pero los internos no dejan de ser tratados como seres humanos: tienen sus celdas, ropa de abrigo, frazadas y también pueden salir a los patios. Además, realizan actividades productivas. “Es un penal controlado al máximo, ahí los delincuentes no hacen de las suyas. Están controlados y vigilados las 24 horas del día por personal encapuchado”, dice.
Uno de los más recientes huéspedes de Challapalca es ‘Mamut’, un hombre grande de nacionalidad venezolana que era buscado por la policía. A él lo capturó la División de Investigación de Homicidios en febrero de 2023, dentro de su búnker ubicado en San Martín de Porres. Él controlaba el cobro de cupos en más de nueve distritos de la capital, incluyendo una mayoría de Lima Norte. Su captura e internamiento en el penal de Ancón 1 no fue suficiente para que se detuviera.
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En un reportaje Vargas destapó que el criminal extorsionaba y controlaba las acciones criminales de su organización ‘Los Hijos de Dios’ y la ‘Dinastía Alayón’ desde el penal. Mediante una serie de audios se pudo conocer que ‘Mamut’ había declarado una guerra en las calles para ejercer la hegemonía territorial del cobro de cupos a víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual y a trabajadoras sexuales en Lince. Su finalidad también era matar a su principal rival: José Luis Rodríguez Rodríguez, alias ‘Mamera’.
Luego de la publicación del periodista, el robusto hombre fue trasladado a Challapalca y Vargas estuvo presente desde que lo sacaron de su celda en Ancón 1 hasta que llegó a una de las zonas más frías de Tacna. ‘Mamut’ pasó de ser un delincuente agresivo a una especie de espectro andante que se quejaba del frío y solo temblaba.
"Cuando lo sacamos de Ancón 1 era un tipo pedante, malo. Te respondía de forma soberbia y no respetaba ni a la prensa. Yo recuerdo claramente una frase: 'Yo no amenazo, yo actúo'".
Luis Vargas Periodista de Panorama
“Cuando lo sacamos de Ancón 1 era un tipo pedante, malo. Te respondía de forma soberbia y no respetaba ni a la prensa. Yo recuerdo claramente una frase: ‘Yo no amenazo, yo actúo’”. Esa frase la tengo hasta el día de hoy en la cabeza. No sé si fue una indirecta, pero sí sé que cuando llegó a Challapalca con una frazada en el cuello vimos a un ‘Mamut’ domado, temblando y respondiendo pasivamente las preguntas que yo le hacía”, recuerda Vargas.
Javier Llaque Moya, jefe del INPE, ha resaltado que seguirán enviando a internos que tengan conductas inapropiadas a recintos más alejados. “¿Tenemos los penales hacinados? Sí. Pues los llevaremos aún cuando haya hacinamiento”, dijo.