Entre enero del 2009 y junio último, se reportaron 1.129 asesinatos de odio. Casi el 60% de casos ocurrió en los domicilios. (Ilustración: Víctor Aguilar Arrúa)
Entre enero del 2009 y junio último, se reportaron 1.129 asesinatos de odio. Casi el 60% de casos ocurrió en los domicilios. (Ilustración: Víctor Aguilar Arrúa)
Oscar Paz Campuzano

El día que murió acuchillada, Angie Cortez Ramírez, de 18 años, tenía más de ocho meses de embarazo. Su muerte ocurrió la tarde del 14 de mayo pasado, enfrente de una niña que estaba bajo su cuidado.

Su pareja, un menor de 17 años, fue quien cogió un cuchillo de cocina y se lo hundió en el vientre siete veces. Al ver que Angie ya no reaccionaba, el muchacho intentó suicidarse lanzándose desde el segundo piso de la casa que ambos habitaban en Independencia. Todo sucedió a cinco cuadras de una comisaría.

Angie Cortez es una de las 1.129 víctimas de feminicidio que el Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público contabilizó en todo el país en los últimos nueve años y cinco meses (entre enero del 2009 y junio del 2018).

Solo este año se registraron 56 feminicidios, pero hay otros 25 asesinatos de mujeres que por estar todavía en investigación no entraron en este registro. El informe del Ministerio Público solo recoge los casos que llegaron a los despachos fiscales.

El machismo y el odio siguen matando mujeres.
El machismo y el odio siguen matando mujeres.

En la lista de los veinte distritos con más crímenes de odio hacia la mujer, 14 son limeños. San Juan de Lurigancho tiene la cifra más alta de feminicidios (41). Le siguen Ate, Comas, La Victoria y San Juan de Miraflores.

—Víctima y victimario—
Según el informe, el 57% de las víctimas tenía entre 18 y 34 años, y más de la mitad de las 1.129 mujeres fueron atacadas y asesinadas dentro de sus casas. Además, el 80% de los feminicidios fueron cometidos presuntamente por la pareja o ex pareja de la víctima.

Un dato que resulta revelador para Ana María Vidal, de la Coordinadora de Derechos Humanos, es que el 56% de los feminicidas tenía entre 18 y 34 años, lo que desde su punto de vista es una clara evidencia de que el germen de la violencia de género está infectando a las nuevas generaciones.

Y estos son crímenes que se cometen con suma crueldad. En el 56% de casos, las mujeres murieron estranguladas o acuchilladas, el 17% a golpes y el 15% baleadas. Para Fabiola Maza, del movimiento Ni Una Menos, estos números son una prueba de que se trata de crímenes de odio.

Tras la muerte de Eyvi Ágreda, la joven que fue quemada en un bus en Miraflores, el Gobierno creó en junio pasado una comisión de emergencia para planificar acciones que prevengan los casos de agresiones hacia la mujer y optimicen la respuesta del Estado.

Diana Portal, vocera de la Adjuntía de la Mujer de la Defensoría del Pueblo, comentó que el Ejecutivo transfirió en agosto S/7,8 millones para que su institución supervise el cumplimiento de estos compromisos que buscan fortalecer el Sistema Nacional para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer. Entre las tareas por vigilar, figuran la creación de diez fiscalías especializadas y la apertura de más centros de emergencia mujer.

Portal cuestionó que de esa partida, S/6 millones debieron entregarse a inicios de este año. El desembolso a la Defensoría forma parte de los S/59 millones que la semana pasada el Ejecutivo aprobó transferir a diferentes pliegos para combatir la violencia hacia la mujer.

Vidal y Maza coinciden en que hoy la violencia hacia la mujer es más visible y genera mayor rechazo en la comunidad. Sin embargo, señalan, seguimos viendo relaciones de pareja que llegan a su fin manchadas con sangre y muerte. 

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