La fallida captura de 40 mineros ilegales en Pataz: detalles de las intervenciones, el material incautado y la decisión fiscal

“Arma de fuego”, exclamó un oficial al levantar un bolso del piso y revisarlo. Se trataba de una pistola automática encontrada al interior de un socavón ilegal, ubicado en la concesión de la minera La Poderosa, en Pataz (La Libertad). El oficial junto a un gran grupo de efectivos policiales realizaban un operativo luego de que se percataron, durante un patrullaje en el terreno de la mina, que un grupo de tres personas ingresaban a un sector a través de una puerta rural.

Al promediar las 10:30 a.m. del pasado 30 de enero, un gran contingente policial cruzó dicha estructura para encontrar al otro lado un lugar ilegal de explotación minera. Caminaron a través de un sendero que los llevó directo a un socavón. El mismo que inspeccionaron en su totalidad.

Los policías descendieron por escaleras rústicas y angostas colocadas por los mineros ilegales. Al interior, el socavón lucía lo suficientemente equipado para trabajar en él: contaban con mangueras, maquinarias, maderas, explosivos y también con armas de fuego. Luego de un largo y peligroso recorrido, un par de mineros habló con la policía. “Acá hay un promedio de 30 o 60 metros. Se fueron para allá [los compañeros]”, en referencia a la profundidad de un nivel del un socavón y hacia donde había huido un grupo de personas.

Fue una operación larga y tediosa. Cada paso que daban era en medio de la oscuridad e incertidumbre. Habían hombres armados y con explosivos al interior de la mina. Los policías, por su parte, se desplazaban rápido pero atentos a cualquier sonido. Un paso en falso y caían.

“Dejen las armas y bajen”, comunicaba la policía a un grupo de personas que se resistía a entregarse. Estaban en un socavón de un nivel más alto que los oficiales, lo que los ponía en alto riesgo de ser dinamitados. Solo los protegían sus chelos y escudos especiales.

Hubo fuego cruzado. En el lugar se encontró armamento de largo alcance, cargadores llenos de balas, bolsas grandes completas de municiones y explosivos. En el suelo los casquillos quedaron regados como prueba del ataque. Tras la operación, un total de 27 personas fueron detenidas en el socavón: tres en el primer nivel, ocho en el tercer nivel y 19 en el cuarto nivel.

Horas más tarde, en el sector Huancrabamba de la compañía minera, otras trece personas fueron detenidas por la policía. Ellas también contaban con armas de corto y largo alcance, municiones de fusil, dinamita, fulminantes y celulares. La banda respondía, según información policial, al nombre de ‘Los Maras de Huacrabamba’. En tanto, la primera intervenida fue calificada como ‘Los parqueros del gordo John’.

“Lo que a nosotros nos llama mucho la atención y que de alguna forma nos deja sin piso, es que luego de que hemos puesto a disposición y hemos estado trasladando a los detenidos -porque no habíamos terminado de hacer eso- desde la zona de la intervención a Trujillo, todos fueron puestos en libertad. Excepto por uno que tenía una requisitoria vigente”, declaró el jefe de la Región Policial La Libertad, el general PNP José Zavala a El Comercio.

El jefe de región explicó que se está presentando una queja formal ante el órgano de control interno del Ministerio Público tras la liberación de los detenidos. Subrayó que los elementos encontrados como armas y municiones, son preocupantes.

Los oficiales de la policía que estaban en el lugar requirieron de un helicóptero para trasladar a parte de los detenidos y el armamento incautado. Pese al envío del helicóptero desde Lima, los esfuerzos por acelerar el proceso no tuvieron frutos.

La nave no pudo despegar por el mal tiempo y tomó un aproximado de dos días trasladar a los detenidos, según contó el jefe de la región policial.

“El fiscal indicó que no tenía tiempo para formular la denuncia. Como el lugar [Pataz] está lejos, no había buen tiempo para que vuele el helicóptero pero nosotros seguíamos avanzando con las diligencias. En una avioneta se bajaron todos los armamentos para que pasen las pericias dentro de las fechas establecidas”, declaró el general PNP José Zavala, jefe de la Región Policial La Libertad.

El fiscal provincial provisional Enrique Valverde, de la Fiscalía Provincial Mixta Corporativa de Pataz, detalló a El Comercio que diversas carencias logísticas que se enfrentan en la zona impidieron que no se pueda concluir con las diligencias de ley durante las primeras 48 horas de las detenciones, a pesar de los esfuerzos.

Asimismo, dentro de ese lapso de tiempo tampoco se tenían los resultados de las pericias que determinarían la vinculación de las especies halladas con los detenidos. Es por ello que 39, a excepción de uno que contaba con una requisitoria activa, fueron liberados, quedando en calidad de investigados.

“La investigación está en trámite. Como parte del Ministerio Público (MP) yo me ciño a lo que dice el Código Procesal Penal. Este señala ciertos elementos y requisitos que debo cumplir para poder solicitar una ampliación de la detención, un requerimiento de prisión preventiva. Mi persona desarrolló todos los actos que están dentro de mi alcance”, declaró el fiscal provincial provisional Enrique Valverde a El Comercio.

Al menos nueve bandas criminales operan en La Libertad extorsionando a empresarios y a la población común. Según fuentes de El Comercio en la zona. Varias extendieron su dominio brindando un falso servicio de seguridad a mineros, es decir, operaban bajo la modalidad del “chalequeo”, que es protegerlos de sus mismas amenazas o de otros delincuentes a cambio de sumas de dinero que pueden incrementarse si los delincuentes lo desean. Con el pasar del tiempo, se transforman en cobro de cupos y si las víctimas no cumplen con los pagos, son asesinadas por encargo.

Los parqueros, Los Pulpos, La Jauría, Los Malditos de El Triunfo y Los Ochenta, son las agrupaciones delincuenciales con más años de vigencia en La Libertad, también las que cuentan con mayor hegemonía criminal. En tanto, Los Malditos de Río Seco, Gato Coté, La Gota Norteña y el Tren de Aragua, son relativamente nuevas y están conformadas por peruanos y extranjeros.

Dichas bandas encontraron en la minería ilegal un espacio ideal para penetrar con acciones extorsivas. Cabe resaltar que la compañía minera La Poderosa ha sido víctima en varias ocasiones por parte de bandas criminales. En diciembre del año pasado, un grupo de delincuentes armados ingresó a la empresa. Ellos se enfrentaron contra el ataque no terminó con eso, sino también accedieron a un socavón de la mina y detonaron cargas explosivas que ocasionaron la muerte de nueve trabajadores, mientras que 14 resultaron heridos.

En un informe anterior de El Comercio se alertó que la comisaría más cercana al lugar de los hechos está a 1.88 kilómetros de distancia en un camino accidentado con curvas pronunciadas. Además, según información del Ministerio del Interior (Mininter), hasta el 2021 la comisaría de Vijus (aledaña a la mina Poderosa), solo contaba con 2 camionetas policiales operativas y una moto. Ese mismo año, la mina donó una más a la dependencia policial.

En julio, la minera Poderosa informó que el distrito de Pataz está “invadido por delincuentes peruanos y extranjeros” que buscan controlar las operaciones mineras de la localidad. Según informó la empresa, en los últimos años, siete de sus colaboradores fueron asesinados. Asimismo, resaltó que se detectó el delito de explotación sexual y explotación de menores que serían coaccionados para integrar las bandas criminales y robar minerales de los socavones.