Tenían todo calculado: qué bancos podrían atracar, qué vías deberían usar para escapar y en qué tipo de auto se desplazarían para no levantar sospechas. Así operaban los integrantes de la banda de marcas ‘Los audaces del Sur’, quienes fueron capturados la mañana del último lunes por la Policía Nacional del Perú (PNP), en Surco cuando se desplazaban en un vehículo de alta gama.
Al momento de la intervención tres hombres fueron detenidos. Ellos tenían en posesión un arma de fuego, tarjetas de propiedad de diversos vehículos, tarjetas de bancos, dinero en efectivo, droga y un arma de fuego. También contaban con mapas de los lugares pretendían ejecutar robos, específicamente del centro comercial El Paso, que reúne a un conglomerado bancario, ubicado frente al Parque de La Amistad de Surco.
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“Al menos cinco de los bancos han sido debidamente mapeados [por los delincuentes]. Con las diligencias preliminares, con las cámaras de los centros financieros y zonas aledañas, se pudo determinar que estos sujetos desde días anteriores han estado merodeando la zona hasta en el interior del banco”, declaró el general Enrique Felipe Hugo Monrroy, jefe de la Región Policial Lima.
El accionar de los delincuentes señala una nueva tendencia delictiva: mayor organización al momento de los atracos, informó la Policía Nacional. La Asociación de Bancos del Perú (Asbanc) formó a El Comercio que durante el año 2023 se registraron cuatro asaltos a bancos. La mayoría de los atracos fueron realizados por delincuentes armados quienes días anteriores habían realizado un minucioso reglaje a las entidades financieras, confirmó la PNP.
El robo más reciente registrado en un banco ubicado en el distrito de La Molina pone en evidencia el nuevo modus operandi de los delincuentes. Solo bastó con la presencia de cuatro sujetos para llevarse S/. 70.000 en dos minutos. Dos de ellos vestían chalecos de la PNP, uno iba como enfermero empujando una silla de ruedas y en ella estaba sentado un presunto cambista.
El atraco se efectuó a plena luz del día, en la Av. Melgarejo de La Molina. Una camioneta roja los esperó en el exterior del local. Dentro los hampones redujeron al vigilante, mientras que los restantes se encargaban de retirar el botín. Luego huyeron en el vehículo rojo, el mismo que abandonaron minutos después cerca del Estadio Monumental. Hasta el momento no se ha identificado a los delincuentes ni se los ha capturado. El caso sigue en investigación.
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De acuerdo con Eduardo Pérez Rocha, exdirector de la PNP, los delincuentes que realizan atracos a bancos actúan a partir de una planificación meticulosa. “Ellos realizan un estudio detallado, lo que les permite no disparar ni hacer un uso indiscriminado de la violencia. Tienen bien estudiado el antes, durante y después del robo: saben la cantidad de trabajadores del banco, los horarios en los que se encuentra más desprevenido y manejan hasta tres rutas de fuga. Además, conocen que, aunque se active una alarma, la policía tardará más de 20 minutos para realizar un operativo”, afirma.
Pérez Rocha afirmó que la cantidad de asaltantes a sucursales bancarias está en aumento desde el año pasado. “Quienes realizan estos asaltos se especializan en atracar a bancos y ya no se dedican a otros delitos. Esta modalidad se puso en evidencia [en 2023], porque antes no se conocía tal nivel de estudio”, asegura.
Tres asaltos en cuatro meses
Al último asalto a la agencia del BCP en La Molina, se suman otros dos atracos registrados en los últimos meses del 2023. En octubre, criminales robaron una agencia bancaria del BBVA, ubicada en la zona de Palao, en San Martín de Porres. En ese entonces, el distrito se encontraba en pleno estado de emergencia.
Fueron cuatro los hampones que ingresaron al establecimiento bancario al promediar las 2 p.m. para llevarse una cantidad de dinero que no fue precisada. Lo que sí se conoció en ese entonces es que el horario elegido para el atraco no fue casual, pues era una hora en donde los agentes de seguridad se “encontraban con la guardia baja”, comentó un agente policial vinculado a la investigación.
Tampoco fue casual la distribución de los hombres, cada uno con una función específica, ni tampoco que en el atraco no se realizara disparo alguno. Es precisamente esta una de las características de los nuevos asaltos a bancos: no abrir fuego para no llamar la atención.
Lo mismo ocurrió en noviembre del año pasado cuando cinco delincuentes ingresaron a un banco ubicado en la Av. Venezuela del Cercado de Lima. Antes de iniciar con el robo también redujeron al personal de seguridad. En solo 30 segundos se llevaron cerca de S/10.000 sin realizar ningún disparo al interior de la sede.
El jefe de la Región Policial Lima informó a El Comercio que se están redoblando los esfuerzos para que el grupo especializado de la PNP, Las Águilas Negras, continúen con la respuesta inmediata y se logre la desarticulación de bandas como la realizada en Surco.
Disfrazados para no despertar sospechas
Un hecho que llamó la atención del último robo registrado en La Molina fue la manera en que los hampones llegaron a la agencia. Dos de ellos vestidos como policías, incluidos los chalecos con los distintivos de la institución. Los otros dos vestidos como enfermero y cambista de dólares en silla de ruedas. Toda una planificación minuciosa para hacer menos llamativo su ingreso al local.
Respecto de las prendas distintivas de la policía que utilizaron los delincuentes, esta es una modalidad utilizada con regularidad por bandas de criminales. Estos uniformes se venden en distintos lugares a discreción y muchas veces sin solicitar los documentos necesarios, por ejemplo el Carné de Identidad Personal (CIP).
En un informe previo, El Comercio reveló que cualquier civil –y eso incluye a delincuentes– podría conseguir sin mucho esfuerzo y dinero una o varias prendas del uniforme de la Policía Nacional del Perú (PNP).
La Av. Francisco Pizarro, en el distrito del Rímac, es desde hace más de 15 años un emporio especializado en la venta de uniformes policiales y militares con más de 70 tiendas y galerías donde funcionan pequeños stands. Son tres cuadras dedicadas al rubro. Policías y militares llegan todos los días a adquirir sus prendas y accesorios que el Estado no les compra ni renueva.
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Acerca del uso de los hampones de indumentaria de la policía, Pérez Rocha explicó que la gran demanda de uniformes policiales en el mercado negro se debe a que las bandas organizadas buscan desvirtuar todo indicio que puede identificarlos como delincuentes.
“Este problema se debe a una falta de control y labor de inteligencia de la Policía. Los lugares de venta ilegal son bien conocidos, como la avenida Francisco Pizarro en el Rímac. Podría pagarse a informantes para atacar a estas mafias”, expresó.
Para el general de la policía en retiro, Carlos Tuse, este mercado negro nace a partir de una demanda solicitada desde la misma policía. “Se debe a que la institución no da los uniformes y la cantidad ni la medida adecuada y los policías tienen que acudir a estos lugares a procurarse los uniformes que no tienen”, dijo.
No obstante, al no solicitar los documentos para la identificación del agente, cualquier civil puede adquirir prendas sin impedimento. Uniformes que muchas veces caen en manos de hampones. Además, de esta situación existe un mercado negro en donde los uniformes perdidos también se venden sin reparos. Adicional a ello, existe un mercado en donde se falsifican las prendas y son ofertadas por internet.