Sheyla Mayumi Condor Torres, de 26 años, desapareció el pasado miércoles 13 luego de salir de su vivienda sin dar detalles hacia dónde se dirigía. Siempre volvía a su casa, en Santa Anita, pero ese día fue la excepción. Tomó sus cosas y se despidió de su tía. “Ya vuelvo, tía”, le dijo. Con el pasar de la noche su familia se dio cuenta de su ausencia y falta de respuestas a las comunicaciones, por lo que la preocupación creció.
La última vez que la vieron vestía una blusa celeste, un jean azul y zapatillas. Además, llevaba una cartera rosada colgada en su dorso. Su madre, Elsa, entró en desesperación y decidió acercarse a la comisaría de Santa Anita para realizar la denuncia por su desaparición. Grande fue su sorpresa cuando le comentaron que probablemente se fue “con un chico” y que ya volvería. Hasta ese momento no imaginaba que tiempo después conocería que el principal sospechoso detrás de la desaparición de su hija, y posterior asesinato, sería un policía: Darwin Marx Condori Antezana.
“Yo insistí hablando, hasta llorando, pero nada. No aceptaron la denuncia”, contó Elsa a El Comercio. El día 15 se acercó una vez más a la comisaría, esta vez con pruebas. Su hija había dejado iniciada su sesión de WhatsApp web, donde logró leer una conversación con un sujeto que coordina un encuentro con ella. Ahí se enteró que se fue a Comas, a un condominio. Tenía la foto y el número del hombre, solo faltaba que la policía hiciera su trabajo y la busque, pero incluso eso no fue suficiente.
Una vez más, en la comisaría de Santa Anita su denuncia fue subestimada y le comentaron que mejor se acercara a la comisaría de Santa Luzmila en Comas. Rápidamente se movió hasta el otro extremo de la ciudad y llegó a la dependencia policial. Ahí intentó colocar una denuncia directa contra el hombre con el que su hija se reunió, identificado como Darwin Marx Condori Antezana.
Los policías fueron claros con ella y le dijeron que, si decidía realizar la denuncia y luego aparecía su hija, la denunciarían a ella por difamación. Ella contó a este Diario que tras ello solo denunció su desaparición. A las 6:25 p.m. de este viernes, en el sistema de la División de Investigación y Búsqueda de Personas Desaparecidas, se creó la nota de alerta con la foto de Sheyla.
Elsa sabía con quién se había reunido su hija, dónde había ido y en qué departamento estaba, pero narró que la policía no tomó en cuenta su pedido de ayuda. Para ese entonces habían pasado 72 horas desde la última vez que la vieron. “No me han hecho caso. Quizá ese día hubiéramos ido. Yo ya sabía dónde estaba mi hija. Solo Dios sabe…La hubiéramos encontrado viva”, declaró Elsa.
Elsa buscó, investigó y encontró a Sheyla, lamentablemente sin vida. Ahí se enteró que el principal sospechoso por el asesinato de su hija era un policía, un miembro de la misma institución que inicialmente le denegó la denuncia.
La noche de ayer, Elsa y su familia, ejerciendo presión lograron visualizar con la policía las imágenes de seguridad del condominio Las Praderas. Ahí confirmaron que Sheyla ingresó con Darwin al conjunto de viviendas el día miércoles 13 y nunca más salió. Una vez en el condomio, luego de observar los videos, subieron con la policía hasta los exteriores del departamento 307, donde se presumía estaba la joven.
Al poco tiempo de esperar fuera de la vivienda de Darwin, los policías y la madre vieron que tres personas ingresaban, por lo que un efectivo les consultó a los visitantes si es que eran inquilinos. Rápidamente indicaron que no, solo estaban visitando a “su promoción” del Instituto de Educación Superior Tecnológico Público Naval de la Marina de Guerra del Perú.
Luego llegaron otras dos personas, entre ellas una mujer y un hombre, estos últimos se identificaron como inquilinos del lugar. Al escuchar eso, la madre de Sheyla, Elsa, quien estaba esperando en los exteriores del departamento con la policía, ingresó desesperada a buscar a su hija. Según el parte policial al que este Diario tuvo acceso, ella entró a todos los ambientes.
Videos han expuesto cómo cuartos estaban desordenados y en mal estado. Durante la búsqueda, Elsa entró a un dormitorio donde encontró uniformes policiales, baldes, jarras y bolsas negras. Luego se dirigió al baño, donde vio un paquete negro dentro de un tacho. Lo abrió y en su interior encontró parte de los restos de su hija.
Elsa buscó, investigó y encontró a Sheyla, lamentablemente sin vida. Ahí se enteró que el principal sospechoso por el asesinato de su hija era un policía, un miembro de la misma institución que inicialmente le denegó la denuncia por la edad de su hija.
En el departamento se detuvo a Alvaro Paredes, de 22 años, Lleyton Mora (21), Elvin Montalvo (20), David Herrera (19) y Alicia Alccacontor (19), todos, a excepción de esta última, son estudiantes de la Marina de Guerra del Perú. Darwin Marx Condori Antezana fue el único que no capturaron y ahora está prófugo.
Él es el principal sospechoso por el feminicidio de Sheyla, quien fue cruelmente asesinada al interior de su departamento. Ahí, durante las diligencias la fiscalía encontró partes de sus restos al interior de una maleta que estaba escondida debajo de una cama.
Condori Antezana es un policía, exactamente un suboficial de tercera. Él cuenta con antecedentes por un caso de violación grupal que también se habría registrado en su departamento en enero del año pasado, donde habría participado él junto a otras dos personas. Según sus redes sociales, perteneció al Grupo Terna y actualmente sería parte del Escuadrón Verde.
Los restos de Sheyla Mayumi Condor Torres fueron extraídos de la maleta con la que intentaban ocultar el crimen y trasladados a la Morgue de Lima. Su familia exige justicia por el atroz crimen que le quitó la vida a una joven amante de la naturaleza, los viajes y los animales.
Quinta Fiscalía Especializada en Violencia Contra la Mujer e Integrantes del Grupo Familiar de Lima Norte (2.° Despacho) viene realizando las investigaciones correspondientes del caso.
En tanto, la Defensoría del Pueblo ha solicitado que las autoridades actúen con celeridad ante el caso.
Feminicidios en el Perú
De enero al 9 de octubre de este año, se han registrado 628 casos de feminicidio a nivel nacional, según cifras del Ministerio Público. Esta misma entidad informó que en años anteriores las cifras han sido similares: 2021 con 767 casos, 2022 (651) y 2023 (797).
En esa línea, la subdirectora de Manuela Ramos, Rocío Gutierrez declaró que el aumento de la criminalidad en el país tiene impacto en toda la ciudadanía e incluso en casos de violencia contra la mujer.
“Los estereotipos de género que priman en los operadores de justicia, desde las comisarías y en otras instancias de la ruta de atención de las mujeres, provoca que se pierda tiempo valioso para actuar con diligencias frente a denuncias por desaparición”, dijo respecto a la falta de capacitación para las autoridades frente a casos de violencia.
Por su parte, Susana Chávez, directora de Promsex indicó que actualmente los feminicios están siendo poco atendidos por la justicia. “Se han soslayado los crímenes de género [... ] y las consecuencias se observan. Los crímenes contra las mujeres no son asociados a fenómenos mucho más grandes que podrían ser hasta una punta de entrada para desmantelar bandas criminales”, declaró respecto a los feminicidios vínculados a organizaciones criminales.