La Asociación Civil Sin Fines de Lucro Soy Autista y Qué informó que, desde el 13 de octubre, Gabriel Urbina, un joven de 18 años con autismo, había estado perdido durante 10 días. Fue visto por última vez en Villa El Salvador, a la altura del Mega Plaza. Sin embargo, días después se reportó su fallecimiento.
“Con profundo dolor, queremos informar el sensible fallecimiento de Gabriel Asencio Urbina, quien salió de su hogar el día 13 y lamentablemente perdió la vida el 15, bajo circunstancias aún desconocidas”, mencionó la asociación a través de un comunicado.
Detallaron que, desde el primer momento, su familia, amigos y toda la comunidad emprendieron su búsqueda incansablemente con la esperanza de encontrarlo. Sin embargo, recibieron la trágica noticia de su muerte por parte de las autoridades de la Morgue Central de Lima, quienes comunicaron el hallazgo de su cuerpo. “Fue recién en la mañana del 24 de octubre, tras el reconocimiento realizado por sus padres, que se confirmó esta dolorosa realidad. Nos percatamos de que el cuerpo encontrado correspondía a Gabriel”, sostuvieron.
“Pedimos a todos que nos unamos en oración por el eterno descanso de Gabriel y extendemos nuestra más sincera gratitud a quienes colaboraron en su búsqueda y brindaron apoyo en estos difíciles momentos”, expresó Soy Autista y Qué.
Los padres
La madre del joven, Mayra Urbina, relató entre lágrimas que “él estaba con sus hermanos cuando me fui a trabajar. Yo soy padre y madre para mis hijos, y me parte el alma que esto le haya pasado a mi hijo. Busco desesperadamente justicia y no sé a dónde recurrir. Durante la búsqueda, me sacaban de las comisarías diciéndome que espere y que fuera a otro lugar. Él no era agresivo; era muy tranquilo. Estoy devastada, no sé qué hacer”.
“Mi hijo salió de mi hogar sin rumbo cuando iba a trabajar. Pido apoyo a las autoridades y a las asociaciones de autistas para que me ayuden a encontrar justicia. Fui a la comisaría Mariscal Cáceres de San Juan de Lurigancho y no me atendieron; tuve que acudir a otra comisaría”, agregó.
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Mayra también mencionó que esta no era la primera vez que su hijo se perdía. En mayo de 2022, cuando Gabriel tenía 16 años, ella se sintió desesperada porque había desaparecido durante cinco días, aunque en esa ocasión lograron encontrarlo con vida. “Mi niño pidió ir al baño y escapó por la puerta de atrás, se fue sin rumbo. Puse la denuncia y la policía me ayudó porque ya había sucedido antes. Lo buscamos mucho, tenía miedo de lo que pudiera pasarle a mi hijo”, dijo.
“Él no tenía maldad en su corazón, simplemente se asustaba rápido y por eso a veces escapaba. Antes se fugaba de esa manera, y mayormente se iba lejos, hacia el Callao o por el sur. Subía a los carros, caminaba, corría, se desplazaba muy rápido”, comentó. Resaltó que el joven no se comunicaba con palabras, sino con gestos y algunos sonidos.
En una entrevista con El Comercio, Luis Alberto Asenso, padre de Gabriel, comunicó que espera que se haga justicia. “Mi hijo era un alma que no le hacía daño a nadie. Los integrantes de Conadis me ayudaron mucho en la búsqueda, así como la central de desaparecidos de la Dirincri, pero la comisaría Mariscal Cáceres hizo caso omiso a nuestro caso”, dijo.
Mencionó que logró obtener información sobre la causa de su deceso. “Fue un traumatismo múltiple en la Panamericana Sur, kilómetro 30 y medio, en Lurín. Lo atropellaron, por eso vamos a presentar una denuncia para que el responsable se haga cargo. Aún no tenemos su identidad. No quiero que ningún autista pase por esto nuevamente. A todas las madres con niños autistas les pido que sigan luchando intensamente; todos los niños son un regalo de Dios. Es tan injusto que el gobierno no brinde el apoyo que se requiere”, expresó.
Más casos de personas con autismo desaparecidas
Gabriel no ha sido el único joven con autismo reportado como desaparecido. En mayo de este año, Daniel Gedeon Quispe Asto, de 22 años, se perdió, generando gran preocupación en su familia, ya que presenta autismo severo y solo dice algunas palabras. Salió de su casa en San Juan de Miraflores y, a diferencia del primer caso, logró aparecer con vida y regresar con su familia.
Por otro lado, está el caso de Rómulo Almonacid Egusquiza, de 12 años, quien fue visto por última vez en octubre de este año en Villa El Salvador. Afortunadamente, después de varios días de búsqueda, fue hallado con vida.
Otro caso ocurrió el año pasado, con Dayro Raúl León Medina, de 12 años. Este estudiante con autismo y discapacidad verbal fue visto por última vez en las inmediaciones del Mercado Mariscal Cáceres de San Juan de Lurigancho. Tras una intensa búsqueda, fue encontrado con vida.
Autismo: ¿cómo funciona el cerebro de las personas con esta condición?
“El autismo no es una enfermedad ni un trastorno. Es una condición del neurodesarrollo en la que el cerebro está mucho más preparado para procesar información en detalle, pensar en patrones, sistematizar la información y hiperfocalizarse en temas de interés. Sin embargo, presenta dificultades para entender y adaptarse al entorno social”, explica el psicólogo clínico Ernesto Reaño.
Al no ser una enfermedad, el autismo no tiene cura. Se nace y se muere siendo autista. Sin embargo, “hay muchos creadores, como el actor Anthony Hopkins, así como científicos, matemáticos e ingenieros, que están en el espectro autista. Eso no quiere decir que todos los autistas sean genios ni que todos sean investigadores, pero existe un vínculo entre la creatividad, la sistematización, la investigación, y muchos cerebros autistas están detrás de grandes proyectos”, añade el experto.
El autismo afecta aproximadamente al 1% de la población mundial. Esto significa que en Perú podría haber alrededor de 300.000 personas autistas, pero los datos actuales solo registran a menos de 15.000. “Desde los 18 meses, ya podemos observar algunas señales asociadas al autismo, como que el niño no responde a su nombre, no fija la mirada, no sigue hacia donde miran los adultos y no aprende a señalar lo que desea”, detalla el experto.
En otros casos, se trata de menores que tienen dificultades para la interacción social y no pueden integrarse en actividades compartidas. Estos niños pueden sentirse molestos por ciertos ruidos y no toleran ciertas texturas en su piel, así como olores.
“Existen personas autistas que hablan y otras que no. Algunas desarrollan lenguaje, mientras que otras no lo hacen, lo cual no significa que no piensen o no tengan cosas que decir. Si a los 18 meses empiezas a notar un retraso en el desarrollo del habla, es importante no esperar hasta los 5 años para intervenir. Se puede trabajar en un sistema de comunicación aumentativa alternativa desde mucho antes”, comenta.