La venta de partes y accesorios de vehículos robados en los mercados de San Jacinto, en San Luis, y La 50, en Independencia, se redujo luego de que el Ministerio del Interior dispuso la presencia de noventa policías en ambos lugares.
Esta operación, iniciada en junio del año pasado, buscaba evitar el ingreso y salida de repuestos de vehículos ilegales. Pese a los esfuerzos, la maña de los delincuentes encontró otro camino para continuar con sus ventas: el delivery. “Como ahora San Jacinto está cercado, el delivery se hace directamente a talleres mecánicos clandestinos”, cuenta un detective de la Diprove.
PARTES DE AUTOS A PEDIDO
¿Cómo funciona esta modalidad? La persona que necesita una pieza para su auto la solicita a un ‘contacto’ de San Jacinto y este hace el pedido a los robacarros. “Se roban el auto completo o, a veces, solo las piezas que les han pedido”, cuenta el investigador.
En ambos casos, los objetos robados son enviados a un taller mecánico clandestino donde son desmantelados y mejorados para la venta posterior.
Estos locales están en zonas alejadas de la ciudad como San Juan de Lurigancho, Pamplona, Villa El Salvador, Manchay y Cieneguilla.
Las bandas están tan organizadas que entregan las piezas de autos en furgonetas. Estas ventas no tardan más de un día.