El general PNP (r), Gastón Rodríguez Limo, quien estuvo a cargo del Ministerio del Interior (Mininter) entre abril y julio pasado, retoma otra vez el mando de esta cartera dentro del gabinete presidido por Ántero Flores- Aráoz. Rodríguez afronta ahora un contexto complicado. A la crisis provocada por la pandemia del COVID-19 se suman las protestas en las calles que se desarrollan en el país debido a la vacancia del expresidente Martín Vizcarra.
¿Cuáles son los retos del nuevo ministro del Interior? Según Ricardo Valdés, exviceministro de Seguridad Pública, indica que el reto más urgente es administrar el orden público de manera más eficiente, tomando en cuenta que las marchas de protesta seguirán incrementándose en los próximos días.
“Debe actuar con absoluta prudencia con estas movilizaciones, con respeto a los derechos humanos y aplicando los manuales y protocolos que la policía ya cuenta respecto al uso adecuado de la fuerza", explica.
Otro aspecto que deberá atender es el aumento de la violencia y la inseguridad ciudadana. Según las estadísticas de seguridad ciudadana del INEI, casi el 24% de la población urbana fue víctima de un hecho delictivo entre marzo y agosto de este año. Valdés explica que debe incrementarse la presencia de la policía en las calles y optimizar el patrullaje. Para que haya una mejor distribución del personal, dice el experto, se requiere que los sistemas de comunicación se adapten de manera urgente: la central 105 debe enfocarse en el control, comando, cómputo y comunicación, y estar integrada a las centrales de videovigilancia.
Además, debe fortalecerse la contención del crimen organizado y las economías ilegales. La pandemia y la crisis económica, dice el ex viceministro, han provocado que se extienda el contrabando, la tala ilegal y la minería informal.
También, señala Valdés tienen que mejorarse las condiciones bajo las que labora la fuerza policial, en especial, optimizar la infraestructura de las comisarías, en donde el hacinamiento durante los primeros meses de la emergencia provocó que se generaran focos de contagio de coronavirus. Hasta el 20 de octubre más de 33,000 policías se habían infectado y 500 habían fallecido. “Otra tarea es dotar de equipos de protección a los agentes en procesos de compra que sean transparentes”, explica.
Lucha anticorrupción
Valdés indica que la lucha anticorrupción debe ser uno de los pilares del nuevo ministro. Más aún porque durante la pandemia aparecieron denuncias de presuntas irregularidades en adquisiciones y servicios contratados por la Policía Nacional en relación al rancho y mascarillas.
El analista explica que desde el inicio debe darse un mensaje muy claro de que habrá “una lucha implacable” contra todo tipo de irregularidades. Sin embargo, Valdés, considera que Rodríguez tiene una “gran debilidad” en este aspecto ya que él mismo posee antecedentes que “empañan la lucha anticorrupción”.
El portal IDL Reporteros informó que Rodríguez es investigado por la fiscalía junto a otros ex altos mandos policiales por suscribir contratos de mantenimiento vehicular con Iza Motors. Según la investigación, entre 2015 y 2017, la VII Región Policial de Lima se firmaron 14 contratos con la empresa de Antonio Camayo, integrante de la supuesta red criminal Los Cuellos Blancos del Puerto.
El año pasado, durante las investigaciones por el Caso ‘Los Intocables Ediles’ de La Victoria, mafia que era operada desde la comuna distrital, se informó que sus miembros habrían contado con la protección de algunos altos oficiales de la Policía. En las declaraciones de los aspirantes a colaboradores eficaces se mencionó repetidas veces el nombre de Gastón Rodríguez, quien había sido jefe de la Región Lima. En su momento, el ahora ministro negó su vinculación con este caso.
Retos en defensa
La cartera de Defensa está a cargo de Walter Chávez Cruz, quien laboraba como jefe del gabinete de asesores de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM)
Respecto a este sector, uno de sus principales retos es la lucha contra el tráfico de drogas. Según Pedro Yaranga, especialista en temas de narcotráfico, es necesario optimizar el control de las rutas que utilizan las mafias debido a que se ha incrementado el número de ‘narco pistas’ de aterrizaje.
“Han aumentado el número de estas pistas de despacho de droga. Ya no solo están en el Vraem. Actualmente, existen también en Oxapampa (Pasco), Puerto Inca (Huánuco), la selva de Cusco y Puno, y en la zona de la triple frontera entre Perú, Colombia y Brasil”, señaló.
Yaranga indica que para que las Fuerzas Armadas puedan realizar un mejor control territorial e interceptar a las aeronaves que trasladan droga debe impulsarse la adquisición de radares.
“Solo se cuenta con un radar actualmente en Puerto Maldonado. Lo ideal sería tener al menos cuatro para que puedan ubicarse en puntos estratégicos. Es cierto que en los pocos meses que tendrá este gobierno no se pondrán instalar, pero pueden encaminarse las gestiones para que el próximo gobierno los implemente”, dice.
El especialista también indica que debe haber una articulación, no solo entre la PNP y las Fuerzas Armadas, sino dentro de los propios estamentos militares. Yaranga dice que el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea no deben elaborar planes sectoriales sino una estrategia integral para enfrentar al narcotráfico.
“Debe haber un trabajo coordinado y pedir apoyo de la sociedad civil organizada. Las rondas campesinas y los comités de autodefensa pueden contribuir a tener un mayor control en las carreteras y otras rutas”, añade.
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