Oscar Paz Campuzano

Ni en los meses más duros del confinamiento los delincuentes dejaron de robar. Naturalmente, al inicio de la emergencia sanitaria, con la orden de guardar cuarentena para evitar los contagios del coronavirus, la cantidad de personas que llegaban a las comisarías a denunciar un asalto cayó notoriamente. Con el paso de los meses y la liberación de actividades, Lima volvió a su cruda realidad.