(Rolly Reyna / El Comercio)
(Rolly Reyna / El Comercio)
Cristina Fernández

En los últimos días las calles del Centro Histórico de Lima fueron copadas por miles de personas. Como hace más de 400 años, los fieles acompañaron la festividad religiosa que conmemora la pasión, muerte y resurrección de Cristo, una de las más importantes de la Iglesia Católica.

Este año la celebración tuvo una carga especial. Tras varios meses de gestiones por parte del Programa Municipal para la Recuperación del Centro Histórico de Lima (Prolima), la limeña fue declarada, días atrás, Patrimonio Cultural de la Nación. Para otorgar el reconocimiento, el Ministerio de Cultura valoró el aporte de esta festividad religiosa a la cultura y tradición del país.

“El arte, expresado en la arquitectura, la pintura, la escultura, la música y las manifestaciones teatrales (autos sacramentales) constituyó un importante vehículo para la transmisión de la fe cristiana. Por otro lado, las celebraciones propias del calendario católico motivaron diversas manifestaciones de fe en las calles de la ciudad”, señala la resolución viceministerial Nº 041-2018-VMPCIC-MC.

Entre los fundamentos figura el aporte de Lima al catolicismo de todo el mundo. “Un hecho significativo es que el Sermón de las Tres Horas o Sermón de las Siete Palabras de Cristo, como también se lo conoce, es originario de esta ciudad, en donde fue instaurado por el sacerdote jesuita Francisco del Castillo, en 1660”, argumenta.

La peregrinación al Cerro San Cristóbal es una manifestación del fervor popular. (Félix Ingaruca)
La peregrinación al Cerro San Cristóbal es una manifestación del fervor popular. (Félix Ingaruca)

El historiador Diego Lévano recuerda que desde sus inicios la Semana Santa limeña ha sido una de las fiestas principales y de mayor relevancia de la ciudad; llena de ceremonias y rituales que se mantienen hasta la fecha, aunque con el tiempo hubo algunos cambios, como el de la representación de la pasión y muerte de Jesús.

“Algo que nunca se perdió fue el recorrido de las iglesias y la procesión de las imágenes religiosas. Entre el siglo XIX e inicios del XX las manifestaciones se fueron apagando, pero en estos últimos años se han comenzado a revalorar. Una muestra de ello es la presencia de la imagen del Señor de los Milagros en el Sermón de las Siete Palabras de Cristo”, precisa.

El obispo auxiliar de Lima, Raúl Chau, considera que la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación es una oportunidad para articular trabajos entre la Iglesia Católica y el Ejecutivo para preservar no solo la festividad de la Semana Santa sino también la arquitectura religiosa del Centro de Lima.

“Creo que falta tomar conciencia de la importancia que tiene el mostrar una ciudad recuperada, segura y con tanto testimonio de la historia y cultura”, añade.

—Reflexiones del sermón —
Este año el análisis de las siete palabras que dijo Jesús en la cruz estuvo a cargo, entre otros párracos, del padre Luis Gaspar Uribe, vicario episcopal de Pastoral y Evangelización; y del padre Carlos Rosell, rector de la Universidad Católica San José. Desde la Catedral de Lima, cada uno de ellos reflexionó sobre la relevancia de las palabras de Cristo para el pueblo peruano.

El cardenal Juan Luis Cipriani estuvo a cargo de la última palabra y cerró el tradicional Sermón de las Tres Horas con un mensaje de unión entre los peruanos. “En este país nos estamos acostumbrando a no perdonar. Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. No hay crecimiento social sin la fuerza del perdón”, dijo. 

Semana Santa limeña es desde este año Patrimonio Cultural de la Nación.
Semana Santa limeña es desde este año Patrimonio Cultural de la Nación.

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